Al parecer lo de la temporada de transición habrá que irse
acostumbrando a que ocurra, porque esto no parece una situación que puede
arreglarse a corto tiempo. Mientras los resultados no llegan, muchas son las
dudas que se plantean entorno a tantos temas en el seno valencianista. Desde la
marcha de Otamendi el equipo parece haber caído en un círculo vicioso de malos
resultados y feas rachas.
Como consecuencia de las malas rachas, se espera que figuras
visibles den la cara e intenten mejorar la mala situación en la que vivimos. Se
esperó primeramente de los capitanes, pero la respuesta no parecía llegar. Y tuvo
que llegar uno del Madrid para que muchos vieran en él a la figura con la que
puede soñar el valencianismo con un futuro mejor.
Denis Cheryshev. 26 de diciembre de 1990. Ruso de
nacimiento. Tras pasar por el Sevilla en una cesión sin pena ni gloria y con
muchas dudas sobre su estado físico, el jugador recayó, nuevamente con cesión,
en el Villareal. Tras una temporada excelente en el submarino amarillo, el
Madrid lo recabó en sus filas, donde solo vio el Bernabeu desde el banquillo.
Para más inri, una fase de Copa del Rey, la bombilla se le encendió a algún iluminado
merengue y decidieron ponerlo contra el Cádiz. Sin antes darse cuenta de que
el jugador no podía jugar… En Cádiz tuvieron motivos para chirigotas y la
figura de Cheryshev quedo marcada por la alineación indebida, la culpa de unos
u otros y los cánticos burlones que se entonaban en todas las gradas con su
nombre.
Condenado al ostracismo en la Meseta, la noticia llegaba
cuando se le vinculaba al Valencia. Un murmullo de incertidumbre se oyó en la
capital del Turia con esa noticia. Tras “figuras” más que estrellas,
estrelladas, como Aderlan Santos, Danilo Barbosa o Abdennour, Cheryshev venía con
la duda tras su espalda. Pero nada más lejos de la realidad. Llegó a Valencia
para pisar donde otros hace tiempo solo caminaban, para dejarse sobre el campo
algo más que el sudor y para demostrar que un jugador puede resarcirse de sus
mayores temores con buen juego y algo más que una mente fría.
Sobre el campo empezó a dejar detalles de jugador implicado
y tras la derrota enésima del Valencia en Liga, pocas semanas después de haber
llegado, fue el encargado de salir en rueda de prensa a dar la cara que otros
ni se atrevían a dar. Desde ese momento la figura de Denis empezó a tomar
protagonismo, no solo por esa valentía de salir sino porque se hizo patente que
estaba implicado con el equipo mucho más que otros que llevan años vistiendo la
camiseta.
Y la famosa pregunta llegó “¿te quedarás en Valencia la
temporada que viene?”. Todos los ojos estaban puesto en él y en su respuesta. “Yo
me quedaría, estoy a gusto aquí, pero no está en mis manos”. El jugador lanzó su
pelota al tejado madridista, dejando entrever que podía volver a vestir la
camiseta ché la próxima temporada. Pero como todo bonito cuento, llegó el final
triste. El pasado sábado, el delantero ruso notó que algo se rompía. Un mes de
baja estará fuera de los terrenos de juego… No puede salir todo bien… Cuando
las cosas van mal, se juntan los astros para que vayan peor. El único que
rendía sobre el césped se lesiona y obliga nuevamente a reestructurar las líneas.
¿Estamos ante un nuevo caso Otamendi? ¿Será Cheryshev la
figura que esperábamos de Parejo? ¿Se quedará otra temporada en Valencia o
volverá a la sombra de Florentino para volver a un banquillo demasiado
cotizado? La suerte está echada y las preguntas hechas. To be continue…