miércoles, 9 de marzo de 2016

Chery...¿ché?

Al parecer lo de la temporada de transición habrá que irse acostumbrando a que ocurra, porque esto no parece una situación que puede arreglarse a corto tiempo. Mientras los resultados no llegan, muchas son las dudas que se plantean entorno a tantos temas en el seno valencianista. Desde la marcha de Otamendi el equipo parece haber caído en un círculo vicioso de malos resultados y feas rachas.

Como consecuencia de las malas rachas, se espera que figuras visibles den la cara e intenten mejorar la mala situación en la que vivimos. Se esperó primeramente de los capitanes, pero la respuesta no parecía llegar. Y tuvo que llegar uno del Madrid para que muchos vieran en él a la figura con la que puede soñar el valencianismo con un futuro mejor.

Denis Cheryshev. 26 de diciembre de 1990. Ruso de nacimiento. Tras pasar por el Sevilla en una cesión sin pena ni gloria y con muchas dudas sobre su estado físico, el jugador recayó, nuevamente con cesión, en el Villareal. Tras una temporada excelente en el submarino amarillo, el Madrid lo recabó en sus filas, donde solo vio el Bernabeu desde el banquillo. Para más inri, una fase de Copa del Rey, la bombilla se le encendió a algún iluminado merengue y decidieron ponerlo contra el Cádiz. Sin antes darse cuenta de que el jugador no podía jugar… En Cádiz tuvieron motivos para chirigotas y la figura de Cheryshev quedo marcada por la alineación indebida, la culpa de unos u otros y los cánticos burlones que se entonaban en todas las gradas con su nombre.

Condenado al ostracismo en la Meseta, la noticia llegaba cuando se le vinculaba al Valencia. Un murmullo de incertidumbre se oyó en la capital del Turia con esa noticia. Tras “figuras” más que estrellas, estrelladas, como Aderlan Santos, Danilo Barbosa o Abdennour, Cheryshev venía con la duda tras su espalda. Pero nada más lejos de la realidad. Llegó a Valencia para pisar donde otros hace tiempo solo caminaban, para dejarse sobre el campo algo más que el sudor y para demostrar que un jugador puede resarcirse de sus mayores temores con buen juego y algo más que una mente fría.

Sobre el campo empezó a dejar detalles de jugador implicado y tras la derrota enésima del Valencia en Liga, pocas semanas después de haber llegado, fue el encargado de salir en rueda de prensa a dar la cara que otros ni se atrevían a dar. Desde ese momento la figura de Denis empezó a tomar protagonismo, no solo por esa valentía de salir sino porque se hizo patente que estaba implicado con el equipo mucho más que otros que llevan años vistiendo la camiseta.

Y la famosa pregunta llegó “¿te quedarás en Valencia la temporada que viene?”. Todos los ojos estaban puesto en él y en su respuesta. “Yo me quedaría, estoy a gusto aquí, pero no está en mis manos”. El jugador lanzó su pelota al tejado madridista, dejando entrever que podía volver a vestir la camiseta ché la próxima temporada. Pero como todo bonito cuento, llegó el final triste. El pasado sábado, el delantero ruso notó que algo se rompía. Un mes de baja estará fuera de los terrenos de juego… No puede salir todo bien… Cuando las cosas van mal, se juntan los astros para que vayan peor. El único que rendía sobre el césped se lesiona y obliga nuevamente a reestructurar las líneas.


¿Estamos ante un nuevo caso Otamendi? ¿Será Cheryshev la figura que esperábamos de Parejo? ¿Se quedará otra temporada en Valencia o volverá a la sombra de Florentino para volver a un banquillo demasiado cotizado? La suerte está echada y las preguntas hechas. To be continue… 


miércoles, 2 de marzo de 2016

Visión de futuro...

Ya que visto lo visto, la temporada que está a punto de terminar, ha sido para el Valencia un mero trámite, habrá que empezar a pensar en la siguiente y en todos aquellos agujeros que hay y se necesita tapar cuanto antes. Sabíamos que el cambio no iba a ser fácil, pero tampoco nos imaginábamos que en la temporada íbamos a sufrir tanto por encarrilar varias victorias consecutivas. Ante los grandes, parece que nos crecemos pero cuando vienen equipos con racha negativa, son ante los que cedemos puntos.

El juego deja mucho que desear si nos paramos a mirar cómo era la temporada pasada. Partiendo de que la plantilla es prácticamente la misma que la campaña anterior se pueden pesar dos cosas: o se dependía excesivamente de Otamendi o hay algo en la preparación de los jugadores que no marcha bien. No se puede ya achacar tanto la culpa a que el planteamiento deportivo y físico de los jugadores en la pretemporada con Nuno fue nefasto (que es verdad) pero ya ha habido tiempo suficiente como para mejorar (un mínimo al menos) el nivel físico… Y ese cambio, permitidme la expresión, no lo ve ni la Chata.

El centro del campo es lo más inestable e irregular que he visto en años. La defensa un coladero (la marcha de Otamendi nos hizo daño) y la delantera cada vez falla más. Negredo parece el Guadiana, “aparece y desaparece”. Cuando se le espera no está y cuando piensas que está en racha, de repente, desaparece. Las bandas ya ni se explotan, Gaya no parece ni el de la temporada anterior ni el que anhelaba el Madrid. Y así uno tras otro todos pueden ir pasando por una larga lista de fallos.

En algunos partidos se vislumbra lo que parecen ser síntomas de recuperación futbolística pero hace falta un partido más para darse cuenta que era un simple espejismo… que las rachas positivas no nos llegan y que no sabemos o no podemos empezar a subir la alta pendiente en la que hemos caído. Las alegrías esta temporada van a contarse con los dedos de una mano…Y nos van a sobrar algunos. Si seguimos en Europa League será una de ellas; si no se van figuras como Mustafi será otra y si conseguimos acabar entre los 10 primeros ya nos podemos dar con un canto en los dientes.

Y es muy triste dejar la temporada como mala cuando aún quedan partidos por jugar, pero es que la realidad solo nos invita a eso. Remontar esto ya es casi utópico por no decir imposible… no es que se deje de creer en los jugadores ni en el club, es que a veces hay que ser realista y pensar que hemos pasado una temporada de transición, de asentamiento de un proyecto nuevo y con perspectiva de cambio… Eso sí, con perspectiva de cambio a mejor, porque otra temporada así y ya no será culpa de quién ocupe el banquillo ni de quién juegue arriba (que tienen parte de culpa), pero se empezará a pensar que la planificación no es todo lo maravillosa que parecía al principio.

Es tiempo de acabar esto dignamente, sin sufrir y sin pensar en descenso pero sí en la siguiente campaña. Pensar en aquellas cosas que son necesarias de cambio, aquellas posiciones que necesitan ser cubiertas correctamente para poder ser el equipo competitivo y luchador que se espera de este Valencia. No somos un equipo de media tabla ni de sufrir por no descender; somos de ir apurando pero de conseguir los objetivos luchando cada partido. No ganaremos la Liga faltando diez jornadas, pero a lo mejor, si luchamos, la ganamos en el último suspiro. No llegaremos a la Champions sobrados, pero quién sabe si pasito a pasito, podemos volver a una final.


Para que eso se cumpla hace falta que esto se cambie, que las cosas que no van bien se mejoren, que se busquen figuras competentes y significativas que lleven a este club a lo más alto pero, sobre todo, que esta afición vuelva a recuperar la emoción de ver a los suyos luchar por un título o por una clasificación y no darles la decepción de contar los puntos que nos separan del descenso ni desilusionarse cada vez que se vea que un derrota te aleja más de la gloria y te mete más en la miseria deportiva.