miércoles, 24 de diciembre de 2014

La curva de la discordia

Antes de empezar quiero dejar claro que no tengo nada en contra de la Curva Nord ni estoy a favor o en contra de su existencia, simplemente quiero dejar en el aire algunos de los temas que últimamente se llevan debatiendo en muchas redes sociales.  

Por todos es sabido la variedad de opiniones en lo referente a la curva más popular de Mestalla: la Curva Nord. Creada como una grada de animación, nacida de la fusión de algunos grupos ya conocidos como Yomus y Gol Gran, esta grada ha traído muchas discrepancias en cuanto a su importancia en el seno valencianista.

En los partidos, son ellos quien llevan la voz cantante, nunca mejor dicho, a la hora de animar. Sí que es verdad que en los encuentro en los que el resultado no está de cara, son los primeros que no dejan que Mestalla se quede en silencio y se dejan la voz hasta que concluye el partido. En los partidos donde los goles llegan y la afición del resto del campo se anima, ellos son uno más entre el griterío que acompaña a jugadores en el transcurso del partido. Las discrepancias llegan a la hora de valorar la importancia o necesidad imprescindible de la presencia de la Curva en todos los partidos para que haya ambiente de fútbol en Mestalla. Muchas son las referencias de que sin dicha curva, Mestalla estaría completamente callada y solo se oiría el sonido de las pipas. Esta afirmación es demasiado dura para ser cierta y deja en un lugar demasiado elevado la necesidad de que la Curva Nord anime cada partido. Es cierto que ayudan a que Mestalla se anime, pero en partidos como hace varias jornadas, donde hubo una callada durante algunos minutos, se pudo ver que no son tan imprescindibles como quieren hacer ver y que Mestalla también sabe animar sin ellos, claro está que no de la misma manera. Cuando ellos aparecen Mestalla se anima más y el ambiente sube varios grados, claro está, son necesarios.   

Otro de los temas candentes en lo referente a esa grada de animación son las supuestas preferencias en cuanto a la adquisición de entradas o los precios de los desplazamientos a partidos fuera. En esto la Curva Nord goza, según dicen,  del amparo del club, bien sea por dicha necesidad ya comentada de una animación en los encuentros en los que jugamos de visitante o bien sea por otro motivo distinto. Lo bien cierto es que con un pase a un precio realmente irrisorio, a algún sector de la grada ché le indigna que tengan también preferencia a la hora de entradas o del precio de las mismas, frente a otras partes del campo que adquieren su pase a un precio más elevado.

Ante esto el club debería, en no tan humilde opinión, si son ciertas estas afirmaciones,  poner al alcance de todo valencianista con pase, las mismas accesibilidades a la hora de adquirir entradas o desplazamientos como lo hacen con dicha curva. De esta manera conseguiríamos poner al alcance de todo el mundo la posibilidad de desplazarse a un precio accesible a animar al Valencia, que es en realidad lo que importa y por lo que nos sentimos valencianistas. Si le damos demasiada importancia a lo que recuerdo, es una parte más de Mestalla, estaremos dejando en sus manos un trabajo demasiado importante como es la animación de un equipo, tan solo limitándonos a que lo haga esa curva, mientras todo Mestalla calla y contempla. Remando todos a uno conseguiríamos más que dividiéndonos por quién es más importante y quién anima más. 

Es bien cierto que en los procesos difíciles, bien sea la venta del club, los grandes partidos, la creación de tifos que dejan Mestalla sin palabras, la defensa ante las críticas provenientes de la Meseta, etc. ellos son los primeros en arrimar el hombro y defender los ideales de un club que todos compartimos y que todos sentimos. No son una grada aislada, recuerdo que todos sentimos los colores como ellos. Aunque pertenezcamos o no a dicha curva, todos tenemos los mismos sentimientos por el escudo, sentimos los colores como ellos y nos alegramos del triunfo del Valencia como ellos, aunque tal vez no lo demostramos o no defendemos como ellos estas ideas, siendo ellos la cara visible del valencianismo. Dicha defensa  les hace importantes pero no imprescindibles ni mucho menos vitales en Mestalla. Es necesario que todos nos unamos a su apoyo para poder hacer más grande el nombre del Valencia.

En ningún momento en este artículo he hablado de violencia ni actos delictivos al referirme a esta grada puesto que creo que, como en todos los lados, algunos casos aislados hacen englobar como violentos a todos y eso tampoco es justo. En esta grada se incluyen gente de todo tipo, algunos de ellos manchan el escudo del Valencia con comportamiento nada deseables pero no por ello se ha de tachar como violenta a una grada que hace mucho por el Valencia aunque algunas acciones, como ya he expuesto, no sean compartidas.

No debemos olvidar que todos somos parte de una afición, nadie debe quedar excluido ni debe exigir más de la cuenta por animar unos colores, porque los sentimientos no se compran con dinero ni la afición se mide en cánticos. Si tenemos el placer de tener una afición donde se encuentre gente con ganas de animar como los pertenecientes a esta curva, sepamos explotar dicho potencial. No nos sintamos imprescindibles sino importantes. No queremos ser más cuanto todos somos. Y sobre todo, no queramos llamar más la atención que el escudo que nos representa.


Ante todo, sempre amunt Valencia!


#JuntsTornem 

martes, 23 de diciembre de 2014

Una Navidad de Champions

Se acaba el año y, como siempre, toca hacer balance de los acontecimientos que han ocurrido este año. Se cierra un año ilusionante, emocionante y lleno de esperanza para el futuro de nuestro Valencia. Se cierra un año donde, tras la venta, se ha podido formar un equipo lleno de juventud, ganas de títulos y mucha fuerza a la hora de afrontar los partidos importantes. Los buenos fichajes, las grandes esperanzas salidas de la cantera y los buenos resultados en Liga nos han hecho colocarnos en puestos Champions al acabar el año.

Concluimos 2014 estando entre los mejores de la Liga, peleando por un lugar entre los mejores de Europa para poder lograr el objetivo de clasificarnos para el gran torneo que enfrenta a los mejores del mundo: la Liga de Campeones.

El año ha sido movido en muchos aspectos. Hasta que no se cerró la venta todo era incertidumbre en torno a nuestro escudo y especulaciones en cuanto a la veracidad de las mil y una ofertas que rondaban el futuro del Valencia. Y al final llegó y aquí estamos, concluyendo un año entre los mejores, con una de las plantillas más competitivas y completas de nuestra liga, sin que nos regalen nada y siendo una piña, siempre juntos.

Hay muchas cosas en nuestro club que mejorar, pero el año se ha acabado con muy buen sabor de boca y con expensas a que el año que en breve empieza siga por el mismo camino o mejor que concluye este. Nuestra plantilla es envidiable en España y posiblemente en muchas ligas europeas. Nuestros jugadores suenan como recambios para los grandes de Europa pero ellos se quedan en Valencia porque ya no tenemos necesidad de vender.

Este ha sido el año de Alcácer, el año que nuestro 9 y el futuro 9 de España ha explotado toda la dinamita que corre por sus venas y que focaliza en sus botas para demostrar a todos que las grandes leyendas se forjan en la oscuridad. Ha sido el año de un Valencia que aspira a ser mejor cada día y que ha tenido el mejor apoyo que se puede desear cuando las cosas se están construyendo: la mejor afición del mundo.

La afición ha remado a una para defender al Valencia por encima de aquellos que criticaban cada paso de los nuestros. Ha llenado campos en días de calor, en días de lluvia y en partidos importantes no ha callado hasta el pitido final. Cuando las cosas iban mal, seguían animando, porque cuando menos me merezcas posiblemente sea cuando más me necesites. Cuando los resultados eran buenos, la alegría se pintaba en las caras de todos los valencianistas, sin importar la edad, todos sentíamos lo mismo: que los mejores momentos se volvían a revivir. Cuando todo parecía cuesta arriba y los malos resultados, las críticas y los reproches mesetarios empezaban a aflorar, Mestalla animaba como solo ella sabe hacer y Valencia se rendía ante un equipo que, pese a las dificultades, ha sabido demostrar que cuanto más se le critica, más fuerte vuelve a retomar los pasos hacía un solo objetivo: colocarse entre los mejores.

Este año que empieza solo es necesario seguir estos pasos, mejorando los fallos y repitiendo aquello por lo que un día nos sentimos orgullosos de llamarnos valencianistas. Porque da igual la edad, el lugar donde te encuentres o los kilómetros que te separen de Mestalla, cuando juega el Valencia, todos somos uno y todos sentimos el mismo orgullo, las mismas ganas y la misma ilusión de volver al lugar de donde nunca debimos salir: entre los mejores.

Los mejores nos esperan tras la vuelta de las Navidades así que volvamos con más fuerza, con más ganas y con más ilusión de que el futuro 2015 será nuestro año, donde haremos cosas grandes y donde demostraremos que la bestia valencianista solo estaba en letargo, porque una leyenda nunca muere para siempre.

Recordad siempre un escudo nos une, unos colores nos hacen iguales, no hay diferencias en nuestra camiseta porque un murciélago corona nuestro escudo. No existe más templo que Mestalla ni más pasión que el rodar de un balón en un estadio mágico.

No existe más confianza que Alves bajo palos, ni más magia que André Gomes tocando el balón en el centro del campo. La fortaleza de Otamendi nos protege de nuestros enemigos, la rapidez de Gayá nos abre fronteras y la calidad de Fegholi nos ayuda a ser mejores. Mustafi y Orban son nuestro mejor escudo y Negredo, Rodrigo y Piatti son los reyes que llevan las mejores jugadas para los nuestros. De Paul es el paje que lleva cada pase infalible a las botas de nuestro único Alcácer, killer y mago de goles. Javi Fuego es la delicadez del centro del campo y Parejo es el regate hecho persona. 
No hay mayor alegría que un gol de Alcácer ni más sueño que una Champions en Mestalla.


Feliz Navidad valencianistas y recordad, los sueños solo terminan cuando se hacen realidad.

#JuntsTornem 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

#JuntsPatim

Si algún valencianista sufría problemas de corazón espero que no viera el partido de ayer porque se llevaría más de un susto. O mejor dicho, se pasaría sufriendo 90 minutos porque no hubo tiempo para relajarse. Llegábamos con un 1-2 a favor tras salir de Vallecas pero nos confiamos demasiado en que el Rayo no nos daría problemas que decidimos cambiar el esquema de juego y sacar una defensa que nunca antes había jugado junta y así nos fue...

A los pocos minutos de empezar el encuentro metimos el primer gol, obra del omnipresente Alcacer,  y nos empezamos a relajar. Total, 3-1 en el cómputo global de la eliminatoria, el Rayo no tendría tiempo de reacción, ya estábamos en octavos… y lo que pasa siempre que, zasca! el Rayo se puso las pilas y se colaba como quería entre una defensa que hacía aguas y ante un portero completamente vendido a merced del delantero. Dos goles seguidos no hacía plantearnos que no todo iba a ser tan fácil. 1-2, se llegaba a la igualada de la eliminatoria pero el Rayo quería más y nosotros seguíamos sin enterarnos de que otro gol nos dejaba fuera de la Copa del Rey y, como no, ese gol llegó antes de terminar la primera parte. 1-3. Ya estábamos fuera por una empanada primera parte y sin apenas capacidad de reacción. Y con ese resultado nos fuimos al descanso. La grada se empezaba a vaciar, no podía estar pasándonos otra vez, la historia no podía ser tan cruel con nosotros. Ese resultado nos dejaba en casa ya en 16º en el único título al que aspirábamos este año.

La segunda parte debía empezar con un cambio de aires desde el banquillo y así lo hizo Nuno que realizó los 3 cambios en el descanso, sacando a la artillería pesada y poniendo toda la carne en el asador. En los primeros compases de la segunda parte se vio que los cambios y el descanso habían servido para lavar la cara al equipo y salir con hambre de gol. Y llegó el 2-3 pero eso no era suficiente, teníamos que meter otro más para poder pasar y que el Rayo no metiera ninguno porque nos íbamos a la calle. Y ese gol temido llegó. 2-4, nos hacían falta dos goles a falta de 25 minutos para el final. La gente en las gradas se comía las uñas, los dedos y alguno de los nuestros perdió los papeles sobre el campo y le dio al Valencia la quinta expulsión en lo que va de Liga. Algunos ni miraban, otros se tapaban la cara ante las llegadas del Rayo. Y llego el primero de los dos goles necesarios. 3-4, solo un gol más y estaríamos dentro de los octavos.

Llegaban las ocasiones pero el gol parecía no querer entrar, hasta esa jugada. Esa jugada donde Mestalla casi se cae. 4-4. Ya lo teníamos, ya estábamos en octavos pero todavía quedaban 15 minutos y el Rayo no bajaba los brazos ni se daba por vencido. La grada se moría de los nervios. Pasaban lentamente los minutos. Mirábamos en marcado y los segundos parecían no pasar y el Rayo acechaba el área. Y llegó el descuento, el maldito descuento y el cuarto árbitro quiso hacernos ver los fantasmas del pasado. 5 minutos de añadido y el fantasma de M’bia ya rondaba Mestalla. No podía pasarnos de nuevo. Un gol del Rayo nos dejaba fuera. El tiempo de descuento cumplido pero el árbitro no parecía querer pitar, el pánico se mascaba en Mestalla. Muchos hacía tiempo que ya no miraban el partido. Última jugada, saque de banda en esa banda maldita pero se oyó el silbido del árbitro que nos hacía despertar de la pesadilla. Esta vez no nos quedábamos fuera, esta vez pasábamos pero sufriendo como nunca. A este Valencia le gusta vernos sufrir.

Tras el partido algunas ideas quedaban claras. No podemos salir confiados con un 1-2 y confiarnos más aun por meter en los primeros minutos, porque el rival te puede sorprender como nos pasó anoche y ponernos el miedo en el cuerpo hasta rozar la eliminación con la punta de los dedos. La defensa de ayer debe de ser mirada con lupa. Cancelo no es un jugador para el Valencia al igual que Filipe. Al que pida pruebas, por favor, que se mire el partido de ayer porque son claras. La expulsión de Rodrigo es una clara pérdida de los papeles, dejando a tu equipo con un jugador menos a falta de los últimos minutos para el final, en una agresión completamente innecesaria. Espero que Nuno le deje las cosas claritas a este jugador de que eso no lo puede volver a repetir porque perjudica al equipo. 

Nuevamente Piatti fue decisivo y deja claro que es una de las piezas claves de este Valencia. Negredo estuvo efectivo en las recuperaciones de balón y se le vio robusto en las acciones de ataque del Valencia. André Gomes y De Paul soberbios en todas las acciones en las que tocaban el balón. La actuación de Yoel ayer fue sencillamente discreta y cuanto menos puntualizable: pudo hacer algo más en alguno de los goles y se le vio muy inseguro bajo los palos, ademas de que las estadísticas no juegan a su favor en cuanto tiros a puerta. El equipo ayer fue efectivo a raíz de los cambios y si algunos de los que salieron ayer querían demostrar que se merecen minutos, ayer sencillamente perdieron la oportunidad de demostrarlo. Los suplentes que ayer salieron dejaron en evidencia porque no tienen minutos en el equipo: simplemente porque no están al mismo nivel que el resto.

El partido de ayer también nos hace plantearnos algo a la afición: si sufrimos del corazón, debemos cambiarnos de equipo o no ver los partidos del Valencia, porque a este Valencia le gusta vernos sufrir. Ayer fue un ejemplo claro de lo que es tener el corazón en un puño y lo que se siente cuando se te sube el corazón a la garganta. Pero tras todo esto la afición aguantó y animó hasta el final a su equipo demostrándole que en las buenas y en las malas siempre estará a su lado porque… 

#JuntsTornem pero también #JuntsPatim

domingo, 14 de diciembre de 2014

Contra todo y contra todos...

Después de una racha negativa de 4 partidos sin ganar, el Valencia llegaba a Mestalla para enfrentarse al segundo de los tres partidos seguidos contra el Rayo. En Copa, habíamos salido de Vallecas con un 1-2 a nuestro favor para enfrentar este próximo martes la vuelta de la Copa del Rey. Pero antes de ese partido teníamos que enfrentarnos al mismo rival en Liga. El partido empezaría con una renovación de la alineación por las bajas de Parejo por lesión y Alcacer por sanción tras la roja recibida. Ante estas bajas, Nuno daba entrada a De Paul en la alineación inicial dejando a Rodrigo en el banquillo y con la pareja Piatti-Negredo en la delantera.

La primera parte fue suficiente para que el Valencia cerrara el partido tras dos goles de Soso, uno a centro perfecto de Barragán desde la banda y el segundo resolviendo la parada del portero tras el remate de cabeza de Negredo. 
Pero aún faltaba por llegar la magia de Duende. Piatti se marcó una jugada colándose entre la defensa para poner el balón de nuevo en las redes y dejar el marcador final. Con 3-0 acabó la primera parte y el partido. Una buena primera parte de los nuestros para despejar las dudas de los anteriores partidos donde el juego no fue del todo bueno y para demostrar que en casa nos crecemos más.

La afición tuvo que animar desde el minuto uno ante el silencio de la Curva. La afición sabía el descontento de los suyos ante las nuevas normas y por eso pidió que se demostrara que no es necesario insultar para animar a un club y que para nada somos una afición violenta como algunos pretenden mostrar.

Mestalla nuevamente demostró que sabe llevar en volandas a su equipo y que todos animamos a una. En la cara de los niños se dibujó una sonrisa cuando la Curva finalmente se unió y empezó a animar. Sencillamente eso demuestra la necesidad de que todos rememos en una misma dirección y la necesidad de que pese a las diferencias que nos separan, encontremos lo que nos une: los sentimientos por unos colores, la pasión por un escudo y el sentir por una camiseta.

La segunda parte sencillamente se puede definir en una frase: la cegada arbitral. Al parecer el árbitro, al estar el partido más que sentenciado, decidió tener un poco de protagonismo y empezó a repartir amarillas a diestro y siniestro. A dejar de pitar faltas dignas de roja, a inventarse faltas donde eran inexistentes y, nuevamente, a expulsar a otro jugador del Valencia. Esta vez le tocó a André Gomes. Ya van cuatro expulsiones en lo que llevamos de liga, algunas de ellas cuanto menos injustas… Es para hacérselo mirar, queridos colegiados. El arbitraje fue espantoso en la segunda parte y Mestalla supo reaccionar a ello. Sin insultos pero sí con una pitada y un descontento hacia el colectivo arbitrar.

Claramente ayer pudimos ver que si alguien esperaba que en Mestalla se soltaran improperios por parte de la Curva, se quedaría con las ganas. Si ayer alguien pesaba que los nuestros tropezarían otra vez, no saben realmente cómo salimos de las malas rachas. Nosotros salimos a base de goles, nadando contra todo y contra todos los que se interponen en nuestro camino y demostramos lo que somos sobre un terreno de juego, a base de goles y teniendo el apoyo de la mejor afición del mundo.

Contra viento y marea el Valencia sabe salir de los malos momentos, aprender de los errores y sufrir junto con los suyos. Todavía hay muchas cosas que pulir, pero ayer fue un paso hacia delante para encontrar nuestro sitio. 
Algunos desaparecidos volvieron, como es el caso de Soso que no llevaba una buena racha últimamente. Barragán por fin dio un centro al lugar indicado y Negredo se marcó un gran partido con muchas recuperaciones y muchos cortes de balón aunque no llegó de nuevo el gol. El Duende Piatti volvió a sacar magia con su velocidad y su capacidad de colarse entre la defensa y demostró que es un delantero que está para ganarse un puesto entre los grandes que forman los goleadores valencianistas.

Contra todo y contra todos aquí estamos. Ni con rojas, ni con expulsiones, ni con tildarnos de violentos y agresivos, ni con silenciar nuestras gradas acabarán con nosotros. Porque ser valencianista es pelear contra las dificultades, es hacerse fuerte en las adversidades, es sacar pecho contra los que te critican, es nadar a contra corriente para llegar al premio. Pero ser valencianista, sobre todo, es un orgullo y eso solo quién lo siente lo comprende.  


#JuntsTornem 


lunes, 8 de diciembre de 2014

Autocrítica 2.0

Ya que quienes tienen que hacerla no la hacen, seré yo quien plasme las impresiones que últimamente da este Valencia. Quiero que quede claro desde el principio que todo lo que voy a decir no es por menospreciar al Valencia ni siquiera por criticar a este club, sino simplemente para dar pinceladas sobre el estado y sobre la necesidad inmediata de un cambio. No todo va mal pero hay cosas que podían ir mejor. Eso es la diferencia entre crítica destructiva y autocrítica. Que en una solo se quiere destrozar a quien se la das y en la otra solo pretendes que todo sea mejor.

Últimamente no jugamos a nada. Llevamos un par de partidos que no nos enteramos de la película, hasta que nos cuelan un gol y reaccionamos como por arte de magia. Es necesario que el rival esté acechando la portería y nos meta un gol para darnos cuenta de que tenemos que jugar a algo porque si no, aún seguimos pensando que estamos en el túnel de vestuarios a punto de salir. No hay esa garra con la que salía el Valencia a principio de temporada que se comía al rival los 15 minutos iniciales. Ahora esos minutos son nuestra peor pesadilla porque si el rival empieza enchufado y presionando, nos entra el miedo en el cuerpo y ya no nos sale nada.

Otra cuestión son los cambios. Yo no sé si a Nuno no se lo han explicado o es que a este hombre le gusta ver sufrir al Valencia porque espera al minuto 25 de la segunda parte, con el equipo sin casi ocasiones de gol y con un fútbol pésimo, para mover el banquillo y hacer los primeros cambios, es muy estresante. Si el equipo está mal, reacciona antes, que sino luego llegan los lamentos en sala de prensa de que nos merecíamos más. Tal vez si moviéramos antes el banquillo, los lamentos y palabras bonitas en sala de prensa no serían necesarias. No tenemos que salir con superioridad sino con seguridad de que podemos hacer un gran partido y con ganas de poder lograrlo. No salir con “haber que sale” porque nos pasa lo que estamos viendo los últimos partidos, que no sale nada, que sufrimos por arañar un punto, que nos la cuelan en el último minuto o que se nos aparece la Virgen y remontamos un partido perdido tras no habernos enterado en todo el partido. Que lo mejor de muchos partidos sea el resultado es de vergüenza para un Valencia tan completo.

Tenemos un equipo joven, nuevo y que muchos de ellos no llevan una rodada en Primera, vale, pero eso son los que, con más razón, tenían que salir con más ganas todos los partidos. Esos son los que tenían que querer comerse cada balón y luchar cada pase y sin embargo, caminamos por el campo como si de un paseo en barca se tratara.
Algunos merecen descanso ya, porque no se enteran de la misa la mitad. Rodrigo al banquillo unos partidos y demos oportunidad a jugadores como De Paul que está en un buen momento. Negredo ayer por fin coló la primera, ya era hora, pues aprovechemos esas ganas de gol del Tiburón. La expulsión de Alcácer, sin comentarios, vergonzosa, de juzgado de guardia, para meter al árbitro en la nevera pero para siempre, clamoroso error arbitral. Como dijo alguno que yo me sé “pitan en contra de algunos y siempre a favor de los mismos”. Feghouli también deja de estar fino estos últimos partidos, pues se le sienta y se les da su lugar a otros como Vezo.

Y luego está el mágico Caso Joao. Barragán es Barragán. Un tío que te hace un centro bien entre todos los partidos de su carrera y tras doce roja directas, trece centros al tercer anillo de Mestalla, diez home run y varias roturas de cadera por el desborde del rival por su banda. Joao tiene que jugar. Es un jugador que de la noche a la mañana una mano negra se ha posado sobre él y le ha apartado de toda convocatoria con la única explicación inexplicable de “Barragán y Cancelo son mejores” Que venga Dios y lo vea, porque ni Nuno se cree esa afirmación.

Esos cambios, esas matizaciones, esos ligeros retoques y PUM! Tal vez veamos otro Valencia. No es pedir mucho: cambios a tiempo, presión, ganas, garra y hambre de gol. Justo lo que teníamos a principio de temporada y que hemos perdido.

Nuno, que sea yo quien tenga que decir todo esto y que tú no seas capaz de verlo y trasmitirlo a la afición es un poco preocupante. Yo no te voy a tirar a los leones ya, confío en tu poder de reacción para poder sacar esto adelante y cambiar los errores, pero los cambios se tienen que ver ya, que nos descolgamos  de los sitios Champions y los tiempos de reacción se acaban. No voy a pedir que te tiren, no sería justo y sería mesetario hacerlo, pero poder de reacción y autocrítica sí. Cambios a tiempo, presión, ganas y hambre de gol. Puntos clave se nos están esfumando, campos fáciles nos están ahogando y partidos claros los estamos perdiendo. O reaccionamos ya o los grandes nos comen.

Vamos a estar ahí, animando aunque las cosas no salgan bien pero las críticas no son destructivas sino que las hago porque sé que lo sabéis hacer mejor. Nunca me apartaré de vuestro lado aunque todo parezca negro, siempre caminaré junto a vosotros. Tal vez ahora una autocrítica a tiempo sea una victoria en el futuro. Tal vez poner remedio a un problema ahora sea tener un triunfo luego. Tal vez una reacción a tiempo es un premio a largo plazo. Reaccionemos pero reaccionemos juntos. Todos remamos en la misma dirección, no permitamos que estos resultados nos separen, pero rememos. Confío en vuestra reacción pero la autocrítica tiene que llegar y los cambios se tienen que ver.


#JuntsTornem 

lunes, 1 de diciembre de 2014

La tragedia del descuento...

Un partido pasado por agua. Un partido ansiado por todos. Era un rival difícil, complicado que nos plantaría cara, pero teníamos la gran suerte de jugar en nuestro estadio. Nuestra afición nos respaldaría desde el inicio del partido y sería el jugador número 12 sobre el campo.

El partido empezó con ocasiones para ambos equipos aunque el Valencia era más sólido en defensa y dejaba pocas ocasiones claras para el conjunto catalán, que usaba la calidad de un Messi ausente y de un Neymar desconocido. Los primeros compases de partido dejaban denotar que el conjunto ché tenía más ganas de sacar las garras y devorar a la bestia blaugrana. Pero los goles no llegaban y los 45 minutos terminaban con una buena imagen del Valencia pero con 0-0 en el marcador. Empezaba la segunda parte y más de lo mismo. La solidez en defensa dejaba al Barcelona con muy pocos tiros a puesta y con casi ninguna ocasión clara de gol pero ya conocemos al destino. Este no es justo con el 
Valencia y llegó el descuento… esos 3 minutos fatídicos en los que los nuestros se llevaron la peor parte. Gol de Messi a falta de 10 segundos. Y los nuestros se derrumbaban sobre el césped mientras los culés los celebraban como si fuera una Champions.


Claramente ayer el destino volvió a ser injusto con el Valencia. Ayer el resultado no plasmó la realidad de un partido disputado. Ayer el juego del Valencia supo plantar cara a todo un campeón de campeones, sin miedo, sin temor sino con ganas y con coraje. Las ocasiones llegaron pero no fueron definitivas ni acabaron entre las redes. Los pases llegaban pero las ocasiones se encontraban con la mala puntería de los nuestros o con las manos de Bravo. Anoche los cambios tardaron en llegar y llegaron tarde. Pero los nuestros se lo dejaron todo en el césped.
Hubo muchas luces y pocas sombras en territorio valencianista. La sombra más grande se plasmó en el marcador. Un gol en el último minuto nos hacía cosechar nuestra primera derrota en casa con inmensa suerte inmerecida. Negredo no estuvo acertado de cara a puerta y las ocasiones no acabaron en gol.

Si hay que señalar a un jugador sobresaliente sin ninguna duda llevaría  el nombre de NICOLAS OTAMENDI. Lesionado, cojeando pero el tío acabó el partido sin pedir el cambio y subiendo a rematar cada córner, bajando a defender cada contragolpe y metiendo la pierna para cortar todos los balones. La pareja André Gomes- Barragán ayer también jugo a la perfección dejando detalles de calidad sobre el campo y volviendo loco tanto el centro del campo como el desborde por las bandas y los cortes de balón de las subidas culés.

Los nuestros hicieron un partido para ganar y se llevaron una dura derrota. La imagen de desolación sobre el campo a todos nos recordó a ese gol de Mbia en el último minuto en esa semifinal de Europa League. Como siempre, las injusticias se ceban con nosotros. No hay que bajar la cabeza, porque hoy nos tenemos que sentir orgullosos de llamarnos valencianistas. Le hemos plantado cara a todo un Barça y ha tenido que ser en el descuento cuando nos marquen. Tal vez el fútbol sea injusto pero nosotros hemos de sentirnos orgullosos más que nunca de formar parte de esta afición y sentir los colores de este escudo.

Hoy más que nunca, gracias mamá por hacerme valencianista. Por vestirme y enseñarme estos colores. Por formar parte de esta afición. Por poder vivir noches como la de ayer y no perder la fe en este equipo. Gracias Valencia por hacerme sentir orgullosa de ti. En las buenas y en las malas, siempre a tu lado.


No quiero terminar sin acordarme de alguien que ayer trágicamente perdía la vida en el río Manzanares por culpa de un par de cobardes que, escondidos detrás de un escudo y de una camiseta, dejaron sin padre a un niño. Sin duda, esta gente no merece mi reconocimiento pero si esa persona que ayer fallecía. El futbol es pasión, no es muerte. El fútbol es competencia, rivalidad pero nunca es motivo de perder la vida. Da igual la camiseta que vistamos, los colores que sintamos y la rivalidad que haya entre nosotros, es solo fútbol a fin de cuentas. Jamás debemos permitir llegar a semejantes extremos. DEP Jimmy.

#JuntsTornem 

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