lunes, 19 de mayo de 2014

Se baja el telón...

Se puso punto y final a un ciclo. Se clausuró la liga 2013/2014 y el Valencia pasó a manos de otro duelo: Peter Lim.
Esperemos que este sea el inicio de una etapa gloriosa para nuestro escudo. Creo que nos lo merecemos. Hemos sufrido mucho este año, tal vez no hayamos logrado los objetivos, pero hemos disfrutado con el fútbol y hemos comprendido que un equipo es más que unas estrellas o unos jugadores que pretenden dar la talla en el campo.
Un equipo es toda esa afición que anima los 90 minutos de un partido sin dejar ni un segundo de silencio en el estadio; esa afición que sale a la calle a demostrar a su equipo que en los momentos malos, está a su lado y tiene todo su apoyo; una afición que se desplaza a lo largo del mundo para animar a su equipo, para que nunca camine solo, para que nunca sienta que su grada le ha olvidado.

Un equipo es el sentimiento que podemos notar cuando nuestro equipo mete un gol, esa alegría que se siente cuando remontas una eliminatoria que ya creías perdidas, esas lágrimas que caen por tu rostro cuando tu equipo es eliminado en el último suspiro, esa impotencia de sentir que todo hubiera sido de otra manera si… pero ya no podemos cambiar el pasado.
El pasado ya pasó, lo dejamos atrás a manera que avanzamos. El presente se nos escapa de las manos casi sin darnos cuenta. Solo nos queda el futuro. Un futuro prometedor, sin duda, un futuro donde debemos escribir el nombre y los colores del Valencia en las cumbres altas, con letras de oro, entre los grandes, que es donde se merece estar.
Esta afición va a continuar ahí, exigiendo siempre más a su equipo, protegiéndolo de aquellos que le critiquen, defendiéndolo cuando las cosas vayan mal, animándole cada partido, en cada victoria, en cada derrota, en cada final, en cada eliminatoria. Somos una afición única, que nunca se rinde, que siempre continua hace delante. La vida nos ha enseñado que las cosas difíciles no son imposibles, solo tardan un poco más en llegar. Esperemos que este sea el inicio de una gran época para nuestro equipo.

Gracias a todos los que habéis hecho posible estos días, estos meses, esos momentos que ahora guardo en mi memoria. Me llevo muchas cosas de esta temporada, me llevo goles increíbles, remontadas épicas, eliminatorias injustas, viajes duros y pesados, me llevo grandes momentos. Me llevo a gente que he conocido en este estadio, me llevo una visión del fútbol que nunca antes había vivido. Me habéis enseñado  a compartir el sentimiento por un escudo, me habéis enseñado a no tener vergüenza por llorar por el fútbol. Me habéis dado tantos momentos que hoy os tengo que dar las gracias a todos. Gracias chicos por hace de este año, un año increíble. Formar parte de este voluntariado con vosotros ha sido una aventura que repetiré todos los años que el cuerpo me aguante, mi madre me deje y Paula me permita.

Gracias a tí, que me incitaste a hacer este blog, esto es todo por tu culpa y lo sabes. Gracias por compartir conmigo los sentimientos por un escudo y estar a mi lado llorando cuando perdíamos, celebrando los goles de los nuestros, gritando todas esas barbaridades que salen de nuestra boca. Gracias por estar ahí siempre, gracias porque contigo las cosas son siempre increíbles. Ya sabes quien eres, no mereces más calificativo que increíble. 

Mestalla baja su telón como teatro de los sueños que es. Mestalla cierra sus puertas. Pero no es un hasta siempre, sino un hasta luego. Pronto las volverá a abrir para ser la sede de grande victorias y de títulos.


viernes, 9 de mayo de 2014

10 años de un sueño...

Diez años que fuimos grandes, diez años que conseguimos nuestra sexta liga, diez años han pasado...
Fuimos grandes hace años,  recuerdo a la perfección ese día.

9/05/2004. Procesión de la Mare de Déu del Desamparats, esa noche el Valencia se jugaba la liga...
Noche mágica para Valencia, la Sexta estaba en juego. Faltaban 3 jornadas para el fin de la liga,  pero si ganábamos la conseguíamos, cantaríamos el alirón a 3 jornadas del final.

Viajábamos a Sevilla. El Madrid y el Barcelona, nuestro rivales directos, habían perdido y a nosotros nos tocaba jugar en el Pizjuán, un rival complicado que se jugaba la entrada en la Copa de la UEFA.

Vicente abrió la lata en el 12 de partido, en la procesión la gente cantó hasta el gol y cuando ya todos celebrábamos que eramos campeones, Baraja metió el segundo para rematar definitivamente el partido y poder empezar la fiesta. 0-2. Campeones! Ese año acabaríamos con doblete! Mágica temporada, mágicos jugadores, mágico entrenador.



Muchos jugadores, muchos entrenadores, muchos directivos han pasado por nuestro club desde ese título. Hemos llegado lejos y hemos perdido títulos por el camino. Hemos conseguido grandes gestas y nos han vapuleado en las grandes batallas. Puede que ya no esté la gente que ganó esa liga, puede que las cosas en el Valencia estén ahora más turbias que nunca, puede que ahora la gente solo se fije en nuestras cosas malas o en las cosas que no llegamos a cumplir.

Muchos se irán por no ganar títulos, los jugadores desaparecerán para irse a clubs donde ganen más... Solo aquellos que sentimos los colores como nadie estamos desde ese día y para siempre junto a nuestro Valencia.

Volveremos, y volveremos más grandes y fuertes. En las derrotas, resurgimos y con los años, salimos con más ganas de seguir demostrando que unos colores no se apagan con los años, ni un sentimiento se compra con millones.


#tornarem

viernes, 2 de mayo de 2014

Caerse está permitido, levantarse es un obligación...

Teníamos que remontar y todos creíamos que era posible. Se palpaba en el ambiente de la ciudad que esta noche iba a ser mágica. Íbamos a demostrarle a Europa que éramos los mejores en las peores situaciones. Todos creíamos y eso se veía.

Desde las primeras horas de la tarde, las calles se tintaron de la señera, de blanquinegre, de taronja. Valencia era una lluvia de alegría, de que esta noche sí, de que íbamos a llegar a Turín, de que el equipo iba a ser llevado en volandas todo el partido por la mejor afición del mundo. Era un momento duro, porque era complicado remontar un 2-0 en contra, pero todo estaba de nuestra parte. Jugábamos en casa, con nuestra afición, toda Valencia entregada y los jugadores lo sabían. Ellos creían como nosotros, ellos prometían salir al campo a darlo todos. Y a la afición se lo creía y salía a la calle para demostrar a toda Europa que la mejor afición del mundo está en la capital del Turia.

A las 18h, los alrededores del Mestalla eran un río de gente y cánticos en apoyo al Valencia. Hoy iba a ser posible, a las 21:05h empezaba un sueño, y ese sueño se iba a cumplir.

Rodaba el balón en Mestalla, la gente animaba, como casi nunca, con el corazón más que con la garganta; con el orgullo por unos colores y con la certeza de que se iba a conseguir. Era importante meter en los primeros minutos y Soso no falló, y Soso hizo soñar. 1-0, se podía, se creía, estaba ahí. Otro gol más, y la eliminatoria estaría empatada. Y llegó Jonas y ya estaba el sueño, ya estaba empatado, lo habíamos conseguido….

Pero todavía podíamos hacer más daño, podíamos pasar sin hacer falta la prórroga. La afición estaba entregada y el equipo respondía, se dejaba la piel en el campo… y llegó el gigante, y llegó Mathieu y nos llevó en alma a Turín… 3-0, no hacía falta nada más, el tiempo corría y el Valencia estaba ya en la final. Solo restaban 5 minutos añadidos para estar en la final, no podíamos fallar ahora, esto no podía ser más grande… pero Mestalla lloró.

Ultimo minuto y medio y llego el 3-1 y Mestalla lloró, Mestalla no se podía creer que la historia podía ser tan injusta. Estaba la final a golpe de piedra y nos la habían quitado en el último minuto y medio. Y tocó llorar, llorar por impotencia de no conseguir el gran sueño; llorar por ver el esfuerzo que has hecho y que en el último minuto se ha convertido en una horrible pesadilla; llorar con orgullo por unos colores que te han regalado alegrías; llorar porque el fútbol no es justo, y ayer se demostró en Mestalla. Toca consolar, toca llorar de rabia, toca sufrir de nuevo y toca levantarse.


Hemos de levantarnos porque este equipo ha demostrado que tiene la mejor afición del mundo y que cuando quiere algo, se puede conseguir. Tal vez ayer no fue nuestra mejor noche, tal vez ayer el fútbol fue injusto con nosotros pero no olvidéis algo… Volveremos.

Europa, no olvidéis nuestro escudo, nuestros colores, nuestras voces, ahora tal vez estén apagadas por el dolor de la eliminatoria y la impotencia de los últimos minutos, pero algún día no muy lejano, volveremos.

Y volveremos con la cabeza bien alta y orgullosos de pertenecer a este club; volveremos para ganar y volveremos para seguir dando alegrías a la mejor tierra del mundo; volveremos con unos colores que más que como camiseta se llevan como sangre; volveremos para demostrar que un escudo se lleva bordado en el corazón.

Gracias Valencia, porque aunque ayer perdiste una eliminatoria, sigues haciéndome sentir orgullosa de llamarme valencianista. Y eso lo has conseguido dejándote la piel en cada minuto. Hoy un verdadero valencianista sale a la calle con la señera y con la cabeza alta sin miedo a decir que siente estos colores. Porque el verdadero sentimiento se demuestra cuando todo va mal. Como dice alguien que conozco, es fácil animar en los buenos momentos pero en los malos, solo los verdaderos están a tu lado. Yo estoy aquí y no estás solo, la mejor afición está contigo, hasta la muerte.


No llores más mi Valencia, no me gusta verte triste… No sufras Valencia, algún día se hará justicia. Y yo me dejaré la voz en cada partido para que vuelvas donde te mereces, entre los grandes, y ten por seguro que volveremos.