viernes, 23 de enero de 2015

La hora de la venganza...

Cuando pierdes una batalla solo piensas en cuando será la siguiente, en ganarla. Cuando caes derrotado ante un enemigo, solo piensas en levantarte, aprender de los errores y no volver a caer derrotado. Casi nunca se tiene la oportunidad de volver a enfrentarse al mismo enemigo que te venció en el campo de batalla, porque toda batalla perdida solo forma parte del pasado. La venganza es el sentimiento de querer demostrar que se puede ser mejor tras una derrota, que se puede derribar al rival que un día te hizo caer. No se puede entender un enfrentamiento sin el placer de pedir venganza si caes derrotado. Las guerras se ganan o se pierden pero siempre está el sentimiento de revancha y venganza por parte del que cae derrotado.

Domingo 25 de enero. 21 horas de la noche. Valencia. Estadio de Mestalla. Es nuestra revancha. Tenemos ante nosotros esa venganza que tanto hemos deseado. Nuestro rival, un viejo conocido que nos hizo daño y que nos derrotó en una de nuestras mejores guerras. Nuestro rival viene dolido tras un varapalo en Copa y nosotros podemos hacerle más daño todavía. Los que se reían, ahora simplemente nos miran con respeto. El Valencia da miedo, en Sevilla hay miedo de que hagamos daño y las risas de nuestra eliminación se transformen en llantos. Partido clave ante un rival directo, ante un rival que lucha como nosotros para estar el año que viene entre los grandes de Europa. Es mucho más que 3 puntos, es mucho más que un enfrentamiento por la Champions, es mucho más que 11 jugadores contra otros 11 sobre un terreno de juego, es algo más que un partido de liga. Esto no lo entiende todo el mundo, pero todo valencianista lleva deseando la vuelta a Mestalla del Sevilla desde esa trágica noche donde un remate de cabeza rompió un sueño tocado con la punta de los dedos.

No podemos fallar en nuestra revancha. Este es el momento de demostrar que cuando caímos esa noche, nos hizo levantarnos más fuertes y con más calidad de la que ya teníamos en su momento. No somos unos colores, ni un escudo, ni una afición… somos un sentimiento que solo el que forma parte de él sabe lo que significa el partido del domingo y lo que conlleva la llegada del Sevilla. Somos un sentimiento que por encima de la derrota o la victoria apoyará al Valencia vaya donde vaya y pase lo que pase pero… el domingo hay que ganar. Es una espina clavada que nos queremos sacar. No será lo mismo ganarle el domingo que aquella derrota nuestra, pero ya habremos ganado una batalla y habremos dado un golpe que duele.

No lo entiendes si no recuerdas esa noche de semifinales de Europa League, ese Mestalla a rebosar, esa remontada tras una derrota en campo del Sevilla, ese gol de Mathieu, esos trágicos 5 minutos de añadido, ese saque de banda, ese remate de cabeza y esa sensación de que el sueño se caía como un castillo de naipes, esos segundos que fueron eternos hasta que nos dimos cuenta de que el sueño se había esfumado. Si recuerdas la cara de Alves mirando el balón dentro de la red y pensado “esto no puede habernos pasado”...pero nos pasó y a partir de ahí llegaron las lágrimas. Las bufandas que antes ondeaban celebrando la clasificación, ahora estaban empapadas de lágrimas. No importaba la edad, a todos se nos rompió algo aquella noche, a todos se nos escapó una lágrima ese día, pero supimos salir y volver a ser en lo que ahora nos hemos convertido.

Tal vez no seamos el campeón de Europa League, pero esa noche aprendimos que los sueños solo a base de mucho esfuerzo se consiguen. Esa noche pudimos ver, que pese a la derrota, el orgullo por unos colores no depende de los triunfos. Ese día se hizo visible que la mejor afición del mundo vive y reside en Mestalla, venga quien venga y digan lo que nos digan. Sevilla, Mestalla os tiene ganas. Nosotros no os tenemos miedo porque el miedo solo está en la mente, porque solo hace al lobo más grande de lo que es y en Mestalla reside la verdadera bestia que tiene hambre de gol. Solo os daré nombres, acordaos de ellos: Mustafi, Otamendi, Diego Alves. André Gomes, Enzo, Gayá, Negredo, Alcácer y un largo etcétera de guerreros que van a salir a comerse el campo y todo aquello que encuentren en su camino. No son solo nombres, Se han ganado el respeto de los más grandes no por ser nombres, sino por las obras que salen de sus botas.

Y este domingo vamos a demostrar que por mucho que algunos quieran pisarnos, esquivamos los baches a base de sacrificio, unión y ganas de hacer cosas grandes. A pesar de que unos cuantos quieran borrarnos del mapa, estamos dispuestos a grabar el nombre del Valencia con letras de oro entre los mejores. No es un partido más, es un partido donde el orgullo de unos colores está en juego. Sois 11 sobre el campo, pero Mestalla os llevará en volandas todo el partido, porque cuanto más empinada parezca la cuesta, más apoyo necesitarás para subirla. Cuanto más te critiquen, con más orgullo sacaré la cara por ti. Porque tú Valencia eres mi forma de vivir y eso quien no siente tus colores nunca lo puede llegar a entender. En las buenas, en las malas, el domingo, la semana que viene, en Mestalla o en el fin del mundo, estaré para animarte porque tú te lo mereces, porque tu me has hecho sentirme orgullosa de elegirte y porque nunca un sentimiento puede borrarse por completo.



#JuntsTornem 

jueves, 15 de enero de 2015

Tocados pero no hundidos

Cuando un sueño se cree posible, se hacen todos los esfuerzos necesarios para cumplirlo. Cuando todo parece que va a tu favor, hay que poner más empeño para conseguirlo porque el camino no siempre es tan fácil como aparenta ser. Cuando te confías y no pones todas las fuerzas en lograr una meta, puede pasar que te caigas por el camino y que no haya oportunidad de levantarse de nuevo y retomar los pasos. Cuando menosprecias el único título al que aspiras esta temporada de la manera que lo ha hecho el Valencia, pasa lo que nos pasó el miércoles, que salimos confiados de que el empate a cero nos vale y un Espanyol mucho más listo y ordenado que nosotros no deja fuera de la que ya creíamos nuestra copa.

El cuadro de las eliminatorias nos favorecía. Los grandes se enfrentaban por la otra parte de la Copa y solo nos encontraríamos con Madrid, Barça o Atlético si llegábamos a una supuesta final y por ello ya empezamos a vernos en la final de cabeza, porque éramos los mejores de nuestro cuadro. Ya veíamos la venganza con el Sevilla en cuartos, dejándolos fuera como ellos nos hicieron en la Europa League del año pasado. Pero sin esfuerzo no se consiguen las cosas y sin ganas no se ganan partidos. Nosotros perdimos las ganas por esta copa no sé porque motivo ni cuál es la razón, pero la verdad es que la perdimos. Salíamos a los partidos a ver qué pasaba y así nos fue contra el Rayo… sufriendo hasta el último minuto para pasar a octavos. Y llegó el Espanyol a Mestalla tras haberle ganado al Madrid y ya pensábamos que los fantasmas de Copa se había ido, pero pronto nos dimos cuenta que no. Ganamos en Mestalla con un ajustado 2-1 que nos llevaba a Conellá con el miedo en el cuerpo. Y llegamos a Barcelona y nos paseamos. Solo cuando el Espanyol nos metió el primero pisamos el área rival.

No es tiempo de señalar culpables ni de buscarlos, sino que es tiempo de encontrar el problema y solucionarlo. No podemos hacer un partizado contra el líder, ganarle dando una buena imagen y llegar a Vigo y que nos cueste arrancar, que empates y no des buenas sensaciones. No podemos ganar a los grandes y perder la copa contra un Espanyol que sacó muchos más méritos que nosotros para pasar.

No señalemos a Yoel porque no paró el primer gol, porque es el suplente y porque no ha hecho buenos partidos; no digamos que Barragán no defendió lo suficiente; no digamos que la expulsión de Mustafi marcó el partido, porque ni con 11 nos estábamos enterando; no digamos que Parejo no está fino los últimos partido ni que los goles no llegan, porque no pisamos el área; no digamos que Nuno no sabe hacer los cambios y que no plantea bien los partidos. 

Estaríamos siendo mesetarios si criticamos ahora a los que hace 3 días creíamos campeones de Copa, a los que hace 4 días veíamos aspirantes a la Liga plantándoles cara a Madrid y Barça y a los que hace 5 días ganaban a los grandes dando un juego apto solo para los más privilegiados. Son los mismos jugadores, algunos incluso han mejorado pero  en resumen son los mismos aunque con menos hambre que en los primeros compases. Eso nos falta, hambre, creernos que es posible. No es culpa de nadie, sino que es culpa de todos. El entrenador no tiene la entera culpa, aunque sí parte de ella. Todos han de asumir responsabilidades, hacer autocrítica y mejorar para no volver a cometer los mismos errores. 

Tenemos que volver a sentirnos capaces de hacer bien las cosas, no tenemos que confiarnos sino salir a luchar como si todos los rivales fuesen directos, como si todos los rivales pudieran quitarnos nuestro puesto en la Liga. Así se consiguen las cosas, poniendo todos los esfuerzos y creyendo que cada punto es el último.  

Ahora solo nos queda una meta y en esta no podemos permitirnos fallarla: tenemos que clasificarnos sí o sí para la Champions del año que viene, sino habremos fallado a todo lo que nos habíamos propuesto esta temporada y eso no podemos consentirlo. No necesitamos grandes estrellas ni millones sobre el campo, aunque ayuda a que los objetivos se cumplan. Necesitamos el esfuerzo de esas estrellas, de esos jugadores que tanto nos han dado para poder lograr los objetivos. Necesitamos creernos que podemos conseguir los retos que nos proponemos y salir al campo a dejarnos la piel para lograrlos. No se trata de mirar hacia otro lado y decir que no existe tal problema, sino se trata de mirar, observar y distinguir que nos falta para que los resultados que cosechamos en casa se imiten fuera.

Ahora es tiempo de cambio, de mejora, de reflexión y de salir con nueva cara a afrontar la Liga y no perder puntos muy necesarios si queremos estar el año que viene entre los mejores de Europa y del mundo. El proyecto sigue rodando pero todos hemos de poner de nuestra parte para conseguir lo que nos proponemos. Si ahora decimos que no es posible y tiramos la toalla, ¿cómo querremos luego tener alegrías? Si ahora decimos que los nuestros no valen y que son una banda de incompetentes, ¿cómo les animaremos cuando les ganen a los grandes? Si ahora criticamos ¿no estamos faltando a nuestra palabra de animar en las buenas y en las malas? Ahora no es tiempo de apartarse y dejar al Valencia solo, es tiempo de animarle más que nunca. Si nosotros apoyamos, ellos sentirán que no les dejamos solos cuando las cosas van mal ni les apoyamos solo cuando todo sale bien.

Estamos dolidos pero no hemos muerto para siempre. Ahora hemos caído y muchos se ríen de nuestras desgracias, pero nos levantaremos más fuertes, haremos más daño y nos reiremos nosotros luego. Nunca un sentimiento muere para siempre ni una afición desaparece con las derrotas. Solo los grandes se levantan tras sus peores errores y salen fortalecidos de las grandes derrotas. Nosotros saldremos de este bache y daremos una mejor cara en los próximos partidos porque hemos demostrado que cuanto menos se cree en nosotros, más fuerza tenemos para conseguir lo que nos proponemos. Ahora más que nunca… #JuntsTornem.


jueves, 8 de enero de 2015

Ganando en la traca final

El Valencia es el equipo de los contrastes. Un fin de semana te hace un partido de lujo, inhibiendo por completo a un desordenado Madrid y a los dos días sale a un partido de copa a jugar un partido discreto y cuanto menos analizable.

La Copa es el trofeo al que aspira el Valencia esta temporada a parte de la deseada clasificación para la Champions del año que viene. Por ahora los resultados en la Liga dejan entrever que el objetivo de colocarse entre los mejores de Europa van por el buen camino pero todavía queda mucha liga.

Ayer empezó en Mestalla la ida de los octavos de final de la Copa del Rey, donde el Valencia se enfrentaba a un ansioso Espanyol que llegaba a la capital del Turia muy tocado por los últimos resultados ligeros y con ganas de sacar un resultado que le permitiera afrontar cómodamente el partido en su casa.

El partido empezó con muchos cambios en la alineación ché dando descanso a jugadores clave que llevaban acumulados varios partidos, tanto ligueros como de copa, y que merecían un descanso más que ganado. Salían en la alineación titular jugadores que tenían la oportunidad de demostrar que podían ganarse un lugar en la plantilla valencianista. Jugadores como Cancelo o Vezo salían del banquillo para saltar al césped. Otros como Yoel volvían a tener la oportunidad de limpiar su imagen tras algunos partidos siendo directamente señalados por la grada. Algunos ni siquiera en copa encontraron lugar para el descanso y salieron de titulares como fue el caso de Orban, Otamendi o el mismo Negredo. Javi Fuego volvía a la alineación tras su sanción.

El partido fue discreto en todos los aspectos, tanto para uno como para otros. Un magnífico gol de Gayá en el minuto 11 de la primera parte ponía al equipo ché por delante y con ese resultado se llegaba al final de la primera parte con un Valencia sin pena ni gloria, con pocas ocasiones de gol y con un juego aburrido y lento.

La segunda parte volvió a ser monótona y el Valencia parecía dormido, lo que aprovechó el Espanyol para poner el 1-1 en el luminoso por un gol de un conocido Stuani que dejaba un cómodo resultado para los españolistas de cara a la vuelta en su propio campo. Pero en el minuto 86 el árbitro señaló los 11 metros para que Negredo colocara el 2-1 definitivo tras definir con mucha tranquilidad el tiro de penalti.

El Valencia viajará a Cornellá con una ventaja para clausurar los octavos de la copa. El Espanyol deberá marcar primero e intentar que el Valencia no haga ningún gol, ya que cualquier empate beneficiaría al equipo ché. Un Valencia discreto y con muchos cambios gana a un Espanyol que pasó por Mestalla haciendo poco ruido pero poniendo los nervios en el cuerpo a los jugadores blanquinegres. Tras un extraordinario partido el anterior domingo contra el vigente líder de la Liga, lo bueno del partido de anoche fue claramente el resultado. Habrá que pulir muchas cosas y mejorar muchos aspectos a la hora de plantear el partido de la semana que viene en Cornellá.

El próximo partido será este sábado, donde nuestro equipo viaja a Vigo para enfrentarse a un Celta que viene de perder contra el Atlétic en copa por 2-4 y que en Liga perdió por la mínima contra el Sevilla de Unay Emery. Esperemos que los nuestros salgan a hacer un buen partido en tierras gallegas que nos dé los 3 puntos para continuar soñando con los lugares Champions. Son duda jugadores como Diego Alves que salió tocado del choque contra el Madrid y no se sabe todavía si podrá llegar al choque del sábado. Nuno posiblemente vuelva a repetir alineación parecida a la planteada contra el Real Madrid haciendo cambios obligados en el caso de la portería si no se recuperará el brasileño Alves y cambiando la delantera por la lesión de Piatti.

Negredo apuntala una trabajada victoria

#JuntsTornem

lunes, 5 de enero de 2015

Mestalla acaba la racha

El líder de la liga llegaba a Valencia levantando tanta polémica que ya parecía que había ganado el partido sin ni siquiera pisar el césped. Alguno hacía gala de sus títulos para crear miedo en el seno valencianista, aunque lo de que luego creó fue un par de risas…

El eterno rival llegaba a Mestalla con todo a su favor: una racha de 22 partidos sin perder y con una liga encarrilada para pulir todos los récords. Parecía que, según ellos, Mestalla fuese a ser una víctima más en sus manos, un nuevo juguete roto pisoteado por Cristiano y compañía… pero no a base de millones se gana los partidos sino a base de cabeza, creyéndose un equipo y con la mejor afición del mundo.

A las 17h empezó el partido y en Mestalla se respiraba el ambiente de una final y no era para menos. El Madrid llegaba de superior y los humos se quitan sobre el campo. Pero el Madrid dio primero, unas manos de Negredo en el área y el árbitro no dudaba en señalar el punto de penalti y, como no, Cristiano no falló ni a su cita con el gol, ni a su cita con el penalti ni mucho menos a su cita con sus celebraciones. Pero lo que todavía no sabía era que la Bestia, la auténtica Bestia se iba a tomar la venganza con un plato muy frío.

La primera parte terminó y se encarriló la segunda con un Valencia mucho más enchufado, con un Madrid prácticamente dormido que se despertó una gran jugada de Gayá por la banda que con mucha fortuna aprovechó Barragán, el Rey de Bastos para poner el 1-1 en el marcador. Y Mestalla apretó para hacer ver a sus jugadores que todavía  se podía hacer más daño al Madrid y poner el resultado a nuestro favor. Sí se podía, se podía ganar al Madrid, se podía acabar con la racha y el Valencia se lo creyó. Cómo que si se pudo… Tras un córner sacado a la perfección, Otamendi, OtaGOl, OtaMostruo apareció para poner tras un magnifico cabezazo el balón al fondo de la red. Ramos todavía sigue buscando a Otamendi en las alturas. Y llegó el 2-1 y Mestalla ya no podía ser más fiesta. El pitido final fue la señal de que el sueño que parecía imposible se acababa de cumplir.

Le acabábamos de ganar al equipo de los récords y las rachas, al equipo líder, al equipo de los millones, a ese equipo que nos veía como un rival más le acabábamos de demostrar quién puede dar más golpes siendo humilde y sin presumir de nada. Ahora es cuando podemos presumir, tras un partido excelente de los nuestros, tras una perfecta sincronización defensa-ataque, tras remontar un partido perdido y tras demostrar a todos que el Valencia está más vivo que nunca.

Ahora es cuando se puede hablar, no antes del partido, sino cuando en el césped has demostrado quién manda. No necesito que enseñes tus títulos Ramos, nosotros te hemos demostrado que podemos ganarte con jugadores que cuestan menos que mitad de tu plantilla pero que solamente podrán llevar la camiseta del Madrid en tus sueños o en tu Fifa. Ahora es cuando demostramos que los millones no hacen grandes equipos, sino la ilusión por unos colores, las ganas de luchar ante las dificultades, la alegría de sentirse parte de un equipo y teniendo el apoyo de la mejor afición del mundo.

Ahora podéis hablar de los árbitros, de las expulsiones y de las tarjetas que nos merecimos pero nosotros ya hemos dicho lo nuestro sobre el campo. Ya os hemos dejado claro que no somos uno más y que cuanto más alto esté tu egocentrismo más duele la caída.

Os damos el placer de que habléis de nosotros pero recordad: donde se rompen récords es en Mestalla, donde se ganan partidos es sobre el campo y no las ruedas de prensa ni en los periódicos y quienes ganarán al rey de reyes forman parte del Valencia CF. Amunt!