lunes, 5 de enero de 2015

Mestalla acaba la racha

El líder de la liga llegaba a Valencia levantando tanta polémica que ya parecía que había ganado el partido sin ni siquiera pisar el césped. Alguno hacía gala de sus títulos para crear miedo en el seno valencianista, aunque lo de que luego creó fue un par de risas…

El eterno rival llegaba a Mestalla con todo a su favor: una racha de 22 partidos sin perder y con una liga encarrilada para pulir todos los récords. Parecía que, según ellos, Mestalla fuese a ser una víctima más en sus manos, un nuevo juguete roto pisoteado por Cristiano y compañía… pero no a base de millones se gana los partidos sino a base de cabeza, creyéndose un equipo y con la mejor afición del mundo.

A las 17h empezó el partido y en Mestalla se respiraba el ambiente de una final y no era para menos. El Madrid llegaba de superior y los humos se quitan sobre el campo. Pero el Madrid dio primero, unas manos de Negredo en el área y el árbitro no dudaba en señalar el punto de penalti y, como no, Cristiano no falló ni a su cita con el gol, ni a su cita con el penalti ni mucho menos a su cita con sus celebraciones. Pero lo que todavía no sabía era que la Bestia, la auténtica Bestia se iba a tomar la venganza con un plato muy frío.

La primera parte terminó y se encarriló la segunda con un Valencia mucho más enchufado, con un Madrid prácticamente dormido que se despertó una gran jugada de Gayá por la banda que con mucha fortuna aprovechó Barragán, el Rey de Bastos para poner el 1-1 en el marcador. Y Mestalla apretó para hacer ver a sus jugadores que todavía  se podía hacer más daño al Madrid y poner el resultado a nuestro favor. Sí se podía, se podía ganar al Madrid, se podía acabar con la racha y el Valencia se lo creyó. Cómo que si se pudo… Tras un córner sacado a la perfección, Otamendi, OtaGOl, OtaMostruo apareció para poner tras un magnifico cabezazo el balón al fondo de la red. Ramos todavía sigue buscando a Otamendi en las alturas. Y llegó el 2-1 y Mestalla ya no podía ser más fiesta. El pitido final fue la señal de que el sueño que parecía imposible se acababa de cumplir.

Le acabábamos de ganar al equipo de los récords y las rachas, al equipo líder, al equipo de los millones, a ese equipo que nos veía como un rival más le acabábamos de demostrar quién puede dar más golpes siendo humilde y sin presumir de nada. Ahora es cuando podemos presumir, tras un partido excelente de los nuestros, tras una perfecta sincronización defensa-ataque, tras remontar un partido perdido y tras demostrar a todos que el Valencia está más vivo que nunca.

Ahora es cuando se puede hablar, no antes del partido, sino cuando en el césped has demostrado quién manda. No necesito que enseñes tus títulos Ramos, nosotros te hemos demostrado que podemos ganarte con jugadores que cuestan menos que mitad de tu plantilla pero que solamente podrán llevar la camiseta del Madrid en tus sueños o en tu Fifa. Ahora es cuando demostramos que los millones no hacen grandes equipos, sino la ilusión por unos colores, las ganas de luchar ante las dificultades, la alegría de sentirse parte de un equipo y teniendo el apoyo de la mejor afición del mundo.

Ahora podéis hablar de los árbitros, de las expulsiones y de las tarjetas que nos merecimos pero nosotros ya hemos dicho lo nuestro sobre el campo. Ya os hemos dejado claro que no somos uno más y que cuanto más alto esté tu egocentrismo más duele la caída.

Os damos el placer de que habléis de nosotros pero recordad: donde se rompen récords es en Mestalla, donde se ganan partidos es sobre el campo y no las ruedas de prensa ni en los periódicos y quienes ganarán al rey de reyes forman parte del Valencia CF. Amunt!

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