Lo primero que se pide
cuando llegas a un club grande es compromiso con la camiseta que vistes,
sentirla como tuya, formar parte de una ilusión que se comparte más allá de la
alegría del fútbol; que va más allá que la pasión por un deporte: es una forma
de entender la vida. Es lo que más se le pide a un jugador que llega para
formar parte de un grupo y lograr cosas grandes para el escudo que defiende.
Existen muchos que se han
dejado la piel por nuestra camiseta y son recordados con cariño por la afición
valencianista. Cuando los nombras, la gente recuerda esos grandes momentos que
dieron y que vivieron en Mestalla. Nombres como Villa, Silva, Kempes, Aimar,
Cañizares, Albelda, Baraja… Son muchos los que año tras año se añaden a la
lista de viejas glorias. Y seguramente, cuando las cosas van mal, son de los
que más se acuerda la grada.
Entonces es cuando llegan
frases como “eso Villa seguro que lo hubiera metido”, “como Silva nadie crea
juego”, “Cañizares se hubiera parado ese penalti”. Esta y miles de frases
aparecen cuando los resultados no acompañan y posiblemente esta gente fue en su
momento criticada en sus momentos malos, pero supo dejar huella por la manera
de defender la camiseta que sudaban. No quiere decir que ellos lo hicieran todo
bien, sino que lo que hacían por el escudo superaba las malas rachas por las
que pudieran atravesar. Y pasaron los años y fueron recordados…
Tener esa actitud sobre
el campo les costó a muchos ganarse el gran lujo de ser capitán del Valencia y
llevar con orgullo el brazalete de nuestra señera. Y desde aquí, quiero hacer
un llamamiento para que el próximo en unirse a esta lista y llevar ese
brazalete sea el alemán que ha demostrado más compromiso que muchos otros en el
vestuario. Se necesitan más jugadores como Mustafi cuando los resultados no
acompañan.
Jugadores que sean
capaces de decir “las cosas no van bien, pero vamos a modificarlas porque
nosotros las hemos creado”. Jugadores que asuman que las cosas no van bien y se
dejen la piel en el campo por revertir la mala situación. Jugadores que
agradezcan a la grada cuando el apoyo es el máximo y el que necesitaban. Jugadores
que no se dejen vender por dinero, que sientan el fútbol como una pasión y no
como un negocio.
Jugadores que sepan
valorar lo que los aficionados hacen por el equipo y sepan salir al campo como
si de la última batalla se tratara. Este tipo de jugadores es lo que se
necesita cuando los resultados no acompañan. Porque puede que las cosas no
vayan bien, pero las actitudes dicen mucho de un jugador y actitudes como la de
Mustafi dicen mucho de un jugador que pase lo que pase, sale al campo, defiende
y suda la camiseta como el que más.
No necesitamos
conformismos, necesitamos
garra y lucha por sacar los máximos puntos posibles. No
necesitamos discursos populistas sino críticas de aquello que no funciona y soluciones
de lo que no va bien. No necesitamos mercenarios, necesitamos jugadores
comprometidos y con ganas de hacer cosas grandes. Que traigan más Mustafis y
entonces habremos creado un gran equipo, y sobre todo, un equipo con un gran
fichaje: el compromiso que a muchos les falta.