viernes, 2 de mayo de 2014

Caerse está permitido, levantarse es un obligación...

Teníamos que remontar y todos creíamos que era posible. Se palpaba en el ambiente de la ciudad que esta noche iba a ser mágica. Íbamos a demostrarle a Europa que éramos los mejores en las peores situaciones. Todos creíamos y eso se veía.

Desde las primeras horas de la tarde, las calles se tintaron de la señera, de blanquinegre, de taronja. Valencia era una lluvia de alegría, de que esta noche sí, de que íbamos a llegar a Turín, de que el equipo iba a ser llevado en volandas todo el partido por la mejor afición del mundo. Era un momento duro, porque era complicado remontar un 2-0 en contra, pero todo estaba de nuestra parte. Jugábamos en casa, con nuestra afición, toda Valencia entregada y los jugadores lo sabían. Ellos creían como nosotros, ellos prometían salir al campo a darlo todos. Y a la afición se lo creía y salía a la calle para demostrar a toda Europa que la mejor afición del mundo está en la capital del Turia.

A las 18h, los alrededores del Mestalla eran un río de gente y cánticos en apoyo al Valencia. Hoy iba a ser posible, a las 21:05h empezaba un sueño, y ese sueño se iba a cumplir.

Rodaba el balón en Mestalla, la gente animaba, como casi nunca, con el corazón más que con la garganta; con el orgullo por unos colores y con la certeza de que se iba a conseguir. Era importante meter en los primeros minutos y Soso no falló, y Soso hizo soñar. 1-0, se podía, se creía, estaba ahí. Otro gol más, y la eliminatoria estaría empatada. Y llegó Jonas y ya estaba el sueño, ya estaba empatado, lo habíamos conseguido….

Pero todavía podíamos hacer más daño, podíamos pasar sin hacer falta la prórroga. La afición estaba entregada y el equipo respondía, se dejaba la piel en el campo… y llegó el gigante, y llegó Mathieu y nos llevó en alma a Turín… 3-0, no hacía falta nada más, el tiempo corría y el Valencia estaba ya en la final. Solo restaban 5 minutos añadidos para estar en la final, no podíamos fallar ahora, esto no podía ser más grande… pero Mestalla lloró.

Ultimo minuto y medio y llego el 3-1 y Mestalla lloró, Mestalla no se podía creer que la historia podía ser tan injusta. Estaba la final a golpe de piedra y nos la habían quitado en el último minuto y medio. Y tocó llorar, llorar por impotencia de no conseguir el gran sueño; llorar por ver el esfuerzo que has hecho y que en el último minuto se ha convertido en una horrible pesadilla; llorar con orgullo por unos colores que te han regalado alegrías; llorar porque el fútbol no es justo, y ayer se demostró en Mestalla. Toca consolar, toca llorar de rabia, toca sufrir de nuevo y toca levantarse.


Hemos de levantarnos porque este equipo ha demostrado que tiene la mejor afición del mundo y que cuando quiere algo, se puede conseguir. Tal vez ayer no fue nuestra mejor noche, tal vez ayer el fútbol fue injusto con nosotros pero no olvidéis algo… Volveremos.

Europa, no olvidéis nuestro escudo, nuestros colores, nuestras voces, ahora tal vez estén apagadas por el dolor de la eliminatoria y la impotencia de los últimos minutos, pero algún día no muy lejano, volveremos.

Y volveremos con la cabeza bien alta y orgullosos de pertenecer a este club; volveremos para ganar y volveremos para seguir dando alegrías a la mejor tierra del mundo; volveremos con unos colores que más que como camiseta se llevan como sangre; volveremos para demostrar que un escudo se lleva bordado en el corazón.

Gracias Valencia, porque aunque ayer perdiste una eliminatoria, sigues haciéndome sentir orgullosa de llamarme valencianista. Y eso lo has conseguido dejándote la piel en cada minuto. Hoy un verdadero valencianista sale a la calle con la señera y con la cabeza alta sin miedo a decir que siente estos colores. Porque el verdadero sentimiento se demuestra cuando todo va mal. Como dice alguien que conozco, es fácil animar en los buenos momentos pero en los malos, solo los verdaderos están a tu lado. Yo estoy aquí y no estás solo, la mejor afición está contigo, hasta la muerte.


No llores más mi Valencia, no me gusta verte triste… No sufras Valencia, algún día se hará justicia. Y yo me dejaré la voz en cada partido para que vuelvas donde te mereces, entre los grandes, y ten por seguro que volveremos. 

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