Ya que visto lo visto, la temporada que está a punto de
terminar, ha sido para el Valencia un mero trámite, habrá que empezar a pensar
en la siguiente y en todos aquellos agujeros que hay y se necesita tapar cuanto
antes. Sabíamos que el cambio no iba a ser fácil, pero tampoco nos imaginábamos que
en la temporada íbamos a sufrir tanto por encarrilar varias victorias
consecutivas. Ante los grandes, parece que nos crecemos pero cuando vienen
equipos con racha negativa, son ante los que cedemos puntos.
El juego deja mucho que desear si nos paramos a mirar cómo
era la temporada pasada. Partiendo de que la plantilla es prácticamente la
misma que la campaña anterior se pueden pesar dos cosas: o se dependía excesivamente
de Otamendi o hay algo en la preparación de los jugadores que no marcha bien.
No se puede ya achacar tanto la culpa a que el planteamiento deportivo y físico
de los jugadores en la pretemporada con Nuno fue nefasto (que es verdad) pero ya
ha habido tiempo suficiente como para mejorar (un mínimo al menos) el nivel
físico… Y ese cambio, permitidme la expresión, no lo ve ni la Chata.
El centro del campo es lo más inestable e irregular que he
visto en años. La defensa un coladero (la marcha de Otamendi nos hizo daño) y
la delantera cada vez falla más. Negredo parece el Guadiana, “aparece y
desaparece”. Cuando se le espera no está y cuando piensas que está en racha, de
repente, desaparece. Las bandas ya ni se explotan, Gaya no parece ni el de la
temporada anterior ni el que anhelaba el Madrid. Y así uno tras otro todos
pueden ir pasando por una larga lista de fallos.
En algunos partidos se vislumbra lo que parecen ser síntomas
de recuperación futbolística pero hace falta un partido más para darse cuenta
que era un simple espejismo… que las rachas positivas no nos llegan y que no
sabemos o no podemos empezar a subir la alta pendiente en la que hemos caído. Las
alegrías esta temporada van a contarse con los dedos de una mano…Y nos van a
sobrar algunos. Si seguimos en Europa League será una de ellas; si no se van figuras
como Mustafi será otra y si conseguimos acabar entre los 10 primeros ya nos
podemos dar con un canto en los dientes.
Y es muy triste dejar la temporada como mala cuando aún
quedan partidos por jugar, pero es que la realidad solo nos invita a eso.
Remontar esto ya es casi utópico por no decir imposible… no es que se deje de
creer en los jugadores ni en el club, es que a veces hay que ser realista y
pensar que hemos pasado una temporada de transición, de asentamiento de un
proyecto nuevo y con perspectiva de cambio… Eso sí, con perspectiva de cambio a
mejor, porque otra temporada así y ya no será culpa de quién ocupe el banquillo
ni de quién juegue arriba (que tienen parte de culpa), pero se empezará a
pensar que la planificación no es todo lo maravillosa que parecía al principio.
Es tiempo de acabar esto dignamente, sin sufrir y sin pensar
en descenso pero sí en la siguiente campaña. Pensar en aquellas cosas que son
necesarias de cambio, aquellas posiciones que necesitan ser cubiertas
correctamente para poder ser el equipo competitivo y luchador que se espera de
este Valencia. No somos un equipo de media tabla ni de sufrir por no descender;
somos de ir apurando pero de conseguir los objetivos luchando cada partido. No
ganaremos la Liga faltando diez jornadas, pero a lo mejor, si luchamos, la
ganamos en el último suspiro. No llegaremos a la Champions sobrados, pero quién
sabe si pasito a pasito, podemos volver a una final.
Para que eso se cumpla hace falta que esto se cambie, que
las cosas que no van bien se mejoren, que se busquen figuras competentes y
significativas que lleven a este club a lo más alto pero, sobre todo, que esta
afición vuelva a recuperar la emoción de ver a los suyos luchar por un título o
por una clasificación y no darles la decepción de contar los puntos que nos
separan del descenso ni desilusionarse cada vez que se vea que un derrota te
aleja más de la gloria y te mete más en la miseria deportiva.
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