martes, 23 de febrero de 2016

Nunca es tarde, si la dicha es buena...

Al parecer el Valencia ha dado con la tecla para que el equipo empiece a funcionar… a estas alturas, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Tras el partido en Europa League donde el equipo dio una imagen desconocida pero totalmente satisfactoria, la afición esperaba del partido contra el Granada en Liga, una imagen similar.

El partido en Mestalla, se desarrolló con una intensidad desde el minuto uno completamente correcta por parte de los nuestros, bien es así que los goles llegaron en los minutos iniciales y dejaron al rival si capacidad de reacción. Los pases eran precisos, al primer toque; los jugadores le ponían ganas, corrían a recuperar balones perdidos e incluso creaban ocasiones, pasando el balón por casi todos los jugadores. Un juego completamente inaudito en los anteriores partidos, que dio a la afición la alegría de vivir un 6-0 tras una racha nada buena. Una alegría merecida para aquellos que nunca dejan a los suyos solos. Un partido donde vimos la mejor cara de los nuestros y algunas luces de jugadores como Santi Mina del que se esperaba mucho pero que a lo largo de la temporada no ha tenido claras oportunidades ni acierto.

En el partido del Rapid, Mina se marcó un partido de escándalo dando tres asistencias de gol y anotando dos goles a su cuenta personal. Este, entre otras, fueron las grandes alegrías que se llevaron los valencianistas al ver que los suyos podías salir del túnel, si querían y le ponían ganas. Esto, junto con la clasificación para siguiente ronda de la Europa League casi asegurada, dejaba a los valencianistas con la moral por los aires y con la vista puesta ya en el partido del domingo pasado contra el Granada.
Nos tocaba visitar el estadio de un equipo completamente hundido en la lucha por no descender y al cual nosotros debíamos ganar para no complicarnos la vida de cara al final de la Liga. El partido fue monótono, aburrido y lo único bueno fue la victoria con la que volvieron los nuestros a la capital del Turia. Tras ir 0-2 en el marcador, la segunda parte del Valencia empezó a complicarse a medida que avanzaban los minutos y las fuerzas iban disminuyendo. El Granado tuvo oportunidades para empatar el partido e incluso para meternos el miedo en el cuerpo tras encajar el 1-2 definitivo. El encuentro acabó con los nuestros pidiendo la hora, pero con los tres puntos en el bolsillo que nos coloca a cinco puntos de Europa y nos aleja, todavía más, de los puestos críticos.

Tras estos dos resultados, algunas luces se intuyen de este Valencia pero todavía son muchas las sombras y las puntos débiles que tiene este equipo. La intensidad del partido de Europa no se vio en el partido contra el Granada pero claro, todo es tiempo y aunque los puntos siguen sumando, el estilo de juego todavía tiene que cuajar entre los nuestros. La temporada todavía no ha terminado pero, si ahora hemos dado con la tecla, nunca es demasiado tarde para levantarse y demostrar que no hemos venido para quedarnos en el suelo viendo como nos pisan, sino que somos grandes y nos levantamos para plantar cara cuando más rendidos piensan que estamos.


Estábamos perdidos pero no nos deis por muertos, porque un sentimiento no se destruye con derrotas; una amor no muere por rachas malas; una vida nunca la destruyen los momentos malos ni el grande se queda en el suelo para siempre. Cuando más muertos nos veáis, más fuerzas hemos de poner a levantarnos; cuando más crean que no saldremos, más les dolerá cuando nos vean levantarnos. Porque lo que hace grande a un sentimiento no son las veces que se encuentra en la cima, sino las veces que estando en el suelo, saca fuerzas para levantarse. 


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