No son 90 minutos de fútbol, son 90 minutos de alegría, de
tensión, de ilusión y de evasión del mundo que te rodea. Son minutos donde solo
un balón, un pase, un gol ocupa las preocupaciones en tu cabeza. Se siente
sudando la camiseta, estando en el estadio o viendo el partido desde casa, pero
amar el fútbol es entender que es mucho más que un deporte. Es una manera de
compartir con los demás las alegrías, los triunfos y las derrotas. Es conocer a
gente distinta, de distintos lugares pero con un mismo sentir por unos colores,
un escudo y una camiseta. En el fútbol siempre hay rivales, ganadores,
vencidos, derrotas y victorias que marcan la vida de uno pero sobretodo está la
satisfacción de sentirte parte de una afición que representa los colores de una
tierra, un escudo que es la bandera de miles de almas y una camiseta que
engalana el corazón de los que verdaderamente amamos el fútbol.
Quien no lo vive, no lo entiende. Quien lo critica jamás entenderá
lo que es vibrar 90 minutos, abrazarse con un desconocido en el campo, ir
pitando por la calle al ganar un copa, esperar horas y horas en las puertas del
estadio a que lleguen los jugadores. No sabrán lo que es salir al patio con
ganas de colocar dos chaquetas como límites de portería y que empiece a rodar
el balón como si de una Champions se tratará. No sabrán lo que es celebrar un
gol corriendo por el campo o tirándose encima unos de otros. No sabrán la
alegría de meter el golazo de tu vida y saber que no se volverá a repetir
porque ni tú sabes cómo lo has hecho. No sabrán nunca lo que se siente al
llegar a casa y contar con todo lujo de detalles la jugada que hiciste en el
campo y que para ti fue merecedora del Balón de Oro. No sabrán la ilusión que
se siente al recibir un balón como regalo o una camiseta de tu equipo en Navidad.
No sabrán la alegría de ver a tu jugador favorito en la tele y querer ser algún
día como él. No sabrán lo que es estar en tensión en el sofá de casa mientras
tu equipo llega al descuento y le pitan el penalti que supondrá el gol de la
victoria. No sabrán lo que es llorar cuando se pierde un título y festejar un
triunfo pintándote la cara con los colores, enfundándote la camiseta y sacando
todo lo que tengas de tu equipo y salir a la calle.
Quien no lo sabe, tampoco sabe lo que se pierde. Porque conocer
la magia del fútbol da la oportunidad de conocer a la gente que rodea un escudo.
Da la oportunidad de relacionarte con gente que siente los colores como tú, que
vibrar por once jugadores como tú, que se deja la garganta y la voz en cada
partido como tú y que simplemente un escudo ha hecho posible que dos personas
distintas se unan por un sentimiento común.
Tal vez quien me lea piense que el fútbol es solo 22 tíos
corriendo en un campo cuadrado con rallas blancas sobre el césped detrás de un
balón. Si lees y piensas esto, entonces no entiendes la esencia del fútbol. Entonces
simplemente deja de leer mis entradas, porque yo plasmo mis emociones en unas
letras que quien las leen, comparte. Si a alguien mis historias o mis
reflexiones no le gusta, simplemente gracias por ser diferente pero déjame a mi
seguir siendo igual que muchos más que comparte conmigo un sentir por una
pasión llamada fútbol.
Gracias balón por rodar cada fin de semana, gracias fútbol
por existir y sobre todo, gracias mamá por hacerme valencianista.
#amunt
Muy bueno maravilloso. Te gusta más así?. Animo que no te queda naaaa!
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