martes, 16 de septiembre de 2014

Que no nos impidan soñar...

Empezó la liga. Después de un turbio verano lleno de incertidumbre rodeando a nuestro Valencia, por fin las aguas han vuelto a su cauce natural y parece que la firma para la venta definitiva del club está cada vez más cerca. La espera se ha hecho larga y a veces desesperante pero por fin estamos llegando a la meta. Nos quedan pocos pasos para terminar esta pesadilla que pondrá comienzo a un bonito sueño y a un precioso futuro para nuestros colores.

En este verano hemos vivido muchos nuevos fichajes. Han venido jugadores campeones del mundo con sus selecciones, jugadores de renombre internacional y alguna que otra bomba. Otamendi, De Paul, Rodrigo Moreno, Zuculini, Orban, André Gomes, Mustafi, Cancelo, Filipe Augusto y la bomba Negredo.
También hemos tirado de cantera recuperando a jóvenes como Carles Gil y dándoles oportunidades a chavales que resaltaban en categorías inferiores como Gayá y Robert.
Estos, junto con las estrellas que ya formaban nuestro club, han ido creando una plantilla que nos permite soñar con cosas grandes esta temporada. Estrenábamos fichajes, nueva imagen del estadio y nueva camiseta a cargo de Adidas. Sin duda, esta temporada empezaba con fuerza para los nuestros.

La presentación del club fue un baño de masas para los nuestros. Mestalla se llenó hasta la bandera para dar la bienvenida a los recién llegados y para acoger con el mismo afecto de siempre a los que ya estaban. No sobraba ningún hueco en Mestalla porque nadie quería perderse la presentación de un equipo que este año les permitía tener la ilusión en las nubes. Sin jugar competición europea y solo con aspiraciones a la liga y la Copa del Rey, la afición estaba ilusionada y así lo demostró arropando al club en el partido del Trofeo Naranja contra el Milán. Un partido donde se pudo ver el proyecto planteado por Nuno y donde Valencia vio la primera victoria de una plantilla compuesta por juventud, ganas de hacer cosas grandes y mucha fuerza.

La liga empezó su andadura. Empezó rodando el balón en el mismísimo estadio donde el año pasado cosechamos la derrota más amarga de la temporada en la Europa League. Viajamos a Sevilla para tomarnos la venganza por esa injusta eliminación de las semifinales tras una remontada épica y digna de mención. La victoria no fue posible pero salimos del Ramón Sánchez Pizjuán sabiendo que esta temporada podríamos hacerle frente a los más grandes. Primer punto sumado y a preparar el primer partido en casa contra el Málaga.

Y llegó el Málaga. Llegó la hora de que Mestalla viera a su equipo jugando en serio y en los primeros compases de una liga dura y en la que cada punto contaría al final. Y los jugadores no fallaron a la cita. Mestalla tampoco falló y llenó el estadio porque creía en este proyecto y confiaba ciegamente en los jugadores que lucían la camiseta. Y los jugadores respondieron a su afición con una cómoda victoria por 3-0 que nos haría dormir esa noche líderes.

La jornada 3 se ponía en marcha con el derbi Madrid- Atlético, que en esta ocasión se llevaban los rojiblancos, hundiendo al Madrid en la décimo tercera plaza. El Valencia volvía a enfrentarse en Mestalla contra el Español. Era un oportunidad para poner más distancia y para conseguir puntos en casa e ilusionar a una afición que acudiría a Mestalla aunque el partido fuera a las 5 de la tarde con un sol de justicia. Y así fue. Mestalla se volvió a llenar y hasta las gradas al sol estaban repletas de gente. Y no volvimos a fallar y volvimos a ganar. 3-1 y nueva victoria para el cómputo del Valencia. Seguimos segundos, solo superados por el Barcelona que no había fallado en su último choque y llevaba el pleno de 3 victorias de 3 partidos jugados.


















Y así está la cosa, estamos luchando por no perder puntos en casa y en choques con rivales, a priori, asequibles. Estamos donde nos merecemos. Junto con los grandes y, aunque solo llevemos 3 jornadas, miramos al Madrid desde arriba y al Levante lo vemos con prismáticos. Tenemos una delantera killer con Alcácer haciendo estragos en cada estadio que pisa. No falla en su cita con el gol y donde va siempre deja su huella.

Con esta plantilla, ¿quién no se permite soñar? A estas alturas, ¿quién nos impide pensar que se pueden hacer cosas grandes? Hemos podido formar un grupo de jugadores jóvenes y con muchas ganas. ¿Por qué no podemos luchar con los de arriba? ¿Por qué no podemos hacerle sombra a los grandes?

Nosotros somos grandes y eso nadie nos lo va a quitar nunca. Permitámonos soñar, porque crear un sueño es crear ilusión y de la ilusión solo pueden crearse cosas mágicas... Permitámonos soñar porque es posible... Permitámonos soñar porque hoy, más que nunca, de la ilusión por unos colores, de la admiración por uno escudo y de la magia de un estadio, también se vive. Que nadie nos impida soñar porque hoy los sueños son posibles.








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