viernes, 14 de noviembre de 2014

Dejaremos seca la charca...

Todavía queda más de una semana para el clásico derbi entre el Valencia y el Levante y los ánimos ya están tan caldeados como si restaran pocas horas para el inicio del encuentro. La culpa la tienen el precio de las entradas para los visitantes. 15 euros era la cuota fijada por los clubs valencianos para sus correspondientes derbis pero el Levante ha decidido tomar sus propias decisiones y poner las entradas al precio que les sale de su hermosa cola de sapo renacuajo: 30 euros, el doble, nada más y nada menos.  Y en los tiempos que corren... 

Esto ha indignado a toda la afición valencianista puesto que este acto solo demuestra que las ganas de ganar dinero están en este club por encima de los intereses de los aficionados. La verdadera razón: ¿miedo de que no se les oiga si ponen las entradas de los visitantes a 15 euros? ¿Temor de que su estadio no tenga suficiente capacidad para tanto valencianista? ¿Tal vez sea terror a la vergüenza de que haya más visitantes que locales? ¿Ganas de tomar las narices? ¿Desafío al Valencia?

Sea cual se la razón, el club ché ha dado un golpe sobre la mesa y ha informado que asumirá la mitad del coste de las entradas para los visitantes y que no acudirá al palco del Ciutat de Valencia por respeto a sus aficionados. Olé y olé. Amadeo Salvo y el Valencia entero ha levantado su mano y ha dicho "para chulo, yo". 

No contentos con esto, en una hora se agotaron las escasas entradas puestas a la venta en las taquillas de Mestalla, por lo que muchos aficionados han decidido que verán el partido en los alrededores y que harán que se les oiga dentro del futbolín que llaman ellos estadio. Allí estaremos, animando a nuestro equipo que es lo que mejor sabemos hacer. 

Esto solo demuestra que un club no lo hace grande las ansias de ganar dinero, sino el estar al lado de su afición en los momentos malos y saber apoyarle cuando las cosas no salen bien. Esto hace grande al Valencia y ridículo al Levante.

Pero que podemos esperar de un club envidioso y sin afición. Un club repleto de un batiburrillo de gente sin amor 
por escudo y sin sentimiento de colores. Que podemos esperar de un club que lo único que sabe hacer es menospreciar al rival pero desconoce lo que es apoyar a su equipo. Un club en cuyas vitrinas solo reside el polvo desde hace años y las ligas de segunda. Cuya historia se resume en ser el segundo equipo de Valencia detrás de la sombra blanquinegra que preside la ciudad desde siempre y para siempre. 

Que se preparen en la charca porque no dejaremos que los sapos croen más de la cuenta. Que preparen para quedarse secos porque pensamos llegar la charca hasta los límites que nos permitan y los alrededores estarán más llenos de gente que en todos los partidos de su historia.

No es amor lo que sentís, es envidia y la envidia solo hace pequeño aquel que la siente. El ridículo delante de toda 
España ya lo habéis hecho. Ahora esforzaros, por los menos, en no hacerlo sobre el campo, porque sino vuestra poca historia y vuestro escaso respeto habrá quedado estimado en nada.

Los sapos no nos van a callar ni nos van a hacer menguar en los ánimos hacia nuestro colores. Porque al Valencia cuanto más difícil se lo ponen, más empeño pone en sacarlo adelante. Cuantos más obstáculos hay en su camino, más fuerza pone en superarlos. Vosotros sois solo una piedra en el camino, una piedra que nos hará caer sino que nos hará darnos cuenta de los errores que nunca debemos cometer: dejar a un lado los sentimiento de la gente y el sentir del fútbol por el afán de ganar dinero a costa de un sentimiento. 

No jugamos la misma liga y, por lo tanto, no nos parecemos en nada. Compartimos ciudad pero solo uno de nosotros tiene una historia que contar. No somos nada el uno con el otro pero tengo una cosa clara: no quiero ser como tú. 


#JuntsTornen 

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