Llevar los colores hasta la muerte. Frase utópica para
algunos, pero los que realmente sentimos un escudo sabemos que esto tiene un
sentido literal. Nadie cambia unos colores si los siente de verdad.
Es como el amor, si aquel que amo dice que olvida, miente al
decir que amo o miente al decir que olvida. Lo mismo pasa con los colores.
Nunca se pueden dejar al margen los sentimientos por un escudo. Te puede dar
disgustos o alegrías pero nunca renegarás de ellos porque son parte de tu vida.
Cuando vives unos colores, no importa que la gente te diga
que tu equipo no vale, porque tú sabes que para ti es un equipo grande, para ti
es el mejor equipo. Lo elegiste de pequeño y a marcado tus años, tus historias,
has visto los partidos y recuerda cada anécdota que ha ocurrido viéndolos.
A mi me pasa con el Valencia. Recuerdo cada título ganado
desde que tengo uso de razón. Recuerdo cada vez que he llorado cuando perdíamos
finales, no se lograban los resultados esperados… Pero también recuerdo cuando salíamos
a la calle a celebrar ligas, cuando todos los que ahora son grandes nos miraban
desde debajo de la tabla de clasificación.
Eso es orgullo por unos colores, no solo los momentos buenos
sino también en los malos salir a la calle con la cabeza bien alta y la
camiseta de la señera puesta. Cuando todo el mundo critica al Valencia, yo me
enfundo mi bufanda y salgo a la calle orgullosa de unos colores.
Lo mejor de formar parte de la afición de un equipo grande
es que puedes conocer a gente grande que siente lo mismo que tú. Tener amigos
que sienten tus colores, que lloran contigo, que comentan cada partido, cada
jugada de tu equipo… Es una experiencia única.
Esto va para cada una de esas personas que al leer esto
saben que se siente cuando unos colores dan alegrías; va para toda esa gente
que se deja la garganta en Mestalla o viendo el partido desde casa; todos
aquellos que llenamos Mestalla en la remontada; aquello que viajaremos a Turín
sea como sea si el Valencia llega a la final; los que somos antimadridistas
hasta la muerte y que queremos ver al Madrid perder hasta el avión; los que
creemos que este Valencia hará cosas grandes porque los grandes nunca mueren,
solo permanecen en letargo unos años para que luego despierte la bestia que
llevan dentro.
Y para ti, mi fiel crítico y primer lector de esta entrada,
no creo que sea necesario decirte quien eres. Gracias por sentir los colores
conmigo. Gracias por recordarme que ser valencianista es un honor y un orgullo.
Gracias por compartir conmigo el sentimiento de antimadridismo. Gracias porque
casi todos los recuerdos que tengo contigo son relacionados con el fútbol y el
Valencia y esto significa que las dos pasiones de mi vida están unidas a ti.
Gracias porque nunca dejaremos de lado estos colores y porque sabes (solo tu y
yo lo sabemos) que llegaremos a Turín y tendremos una anécdota más que contar
sobre el Valencia. Esta entrada es tuya, porque lees cada entrada el primero y
porque toda ellas irán impresas para ti.
Pd: NOS VAMOS A TURÍN!
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